2021-09-23

EL OBSTETRA QUE REALIZÓ LA CESÁREA

“Mirá que la bebita es grande”

“Mirá que la bebita es grande”, decía el médico tocoginecólogo Miguel Fernández, en parte en broma, pero también en serio, cuando veía a Cristina Barreda tras las ecografías de control.

“La conocí en febrero, cuando se enteró de que estaba esperando un hijo”, cuenta el médico, que es presidente de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología Bariloche (S.O.G.BAR), y parte del staff del Instituto Materno Infantil (IMI), donde, por cesárea, el lunes nació Martina Mía, la súper beba de 4,850 kilos.

“Fue un embarazo normal”, señala el profesional acerca de la gestación, que contó con el apoyo de la partera Karina Vetri.

Igualmente, aclara que “se perfilaba que la nena sería de gran tamaño”.

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“Lo que hicimos, que es importante en estos casos, cuando vemos que un bebé puede ser de una dimensión importante, es descartar la diabetes en el embarazo”, indica.

“Y todos los exámenes dieron negativos”, detalla.

Así que quedaba que la cuestión respondiera a una herencia familiar: “En el contexto de que la mamá y el papá son grandotes, era de esperarse que el bebé fuera un poco grande… Pero no que llegara a los 4,850 kilos”, resalta.

“Con las ecografías, como obstetra, tengo que analizar si todo me permite tener un parto normal o ir a cesárea. Y la última que se hizo apuntaba a que pesaba alrededor de 4,100; eso es una indicación obstétrica que demuestra que no puede ir a parto natural, por los riesgos que implica tener un bebé tan grande”, informa.

“El peligro es la distocia de hombros (la dificultad en la salida espontánea de los hombros que requiere de maniobras obstétricas adicionales para producir la expulsión fetal tras la salida de la cabeza), es decir que se quede atorado en el trabajo de parto”, manifiesta.

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Más allá de eso, informa que “en el control de embarazo, a partir de las veinticuatro semanas, se le pide a la mamá una prueba de glucemia”.

“Cuando eso da normal, ya me quedo tranquilo de que la paciente no va a desarrollar diabetes gestacional, lo que, en general, puede afectar después al nacimiento del bebé, que, en vez de tener azúcar alta, a la inversa, presenta hipoglucemia (disminución de la cantidad normal de glucosa en la sangre; produce mareos, temblores y cefalea, entre otros síntomas), que es algo que hay que ir controlando”, explica.

El doctor detalla que, justamente, “la gran mayoría de los bebés grandes se dan por el tema de la diabetes”.

Por otra parte, advierte: “A partir de los cuatro kilos, a los bebés se los llama macrosómicos. En ese caso, lo más común es encontrar de unos 4,100, pero de 4,850 no es para nada habitual”.

“En el IMI es el primero que ha nacido de este peso”, apunta.

Además, Fernández, que es de Buenos Aires y hace seis años que está en la ciudad, indica: “Allá sí me pasó: recuerdo uno de cinco kilos, pero era de una paciente diabética”.

Cabe destacar que el obstetra llegó a la localidad a partir del consejo de un par de médicas que se formaron con él en el Hospital Interzonal General de Agudos Luisa Cravenna de Gandulfo, en Lomas de Zamora. Las doctoras habían arribado aquí con anterioridad y le sugirieron: “Venite a trabajar acá, que es más tranquilo”.

Así, gracias a la decisión de apuntar sus radares hacia este sector de la Patagonia, el médico se transformó en quien ayudó (con la colaboración de la doctora Guillermina Codegoni) a que asomara al mundo Martina Mía, “la súper beba”.

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