En los debates de los candidatos a presidente de la Nación, el turismo no estuvo como eje y prácticamente no fue abordado. En Bariloche y la región, los actores de la actividad están atentos a cuál es la política estatal que se implementará en la próxima gestión y preocupa el futuro a corto, mediano y largo plazo.

El pasado domingo, en el último de los debates, se trataron temáticas como Economía, Relaciones Exteriores y Educación y Salud, Producción y Trabajo, Seguridad y Derechos Humanos y Convivencia. Si bien el turismo es transversal a varios de estos puntos, no fue una premisa de ninguno de los dos candidatos.

Sin embargo, en el ámbito turístico hay algunas preferencias. Sucede que, como en otros ámbitos, los dichos de Javier Milei causan temor y preocupación.

De hecho, semanas atrás, funcionarios provinciales a cargo de la promoción y el desarrollo turístico del norte argentino, sin distinciones partidarias, rechazaron en bloque la propuesta de Milei de eliminar el Ministerio Nacional de Turismo y de retirar al Estado del apoyo y fomento de esta actividad económica.

El líder de La Libertad Avanza no aclaró a qué quedaría reducido el Ministerio de Turismo. Aunque dijo que los empleados de carrera serían reasignados. Su plataforma, que consta de 13 páginas, nombra la palabra "turismo" una sola vez.

Este punto se incluye recién en la tercera fase del "cambio" que propone Milei. Esta tercera generación, como él la llama, incluye múltiples reformas, una de ellas es la correspondiente a Tecnología e infraestructura, dentro de la cual está la "inversión en turismo". Por otro lado, si bien su postura sobre Aerolíneas Argentinas ya es conocida, dentro de la presentación no se nombró.

Sin banderas políticas, el sector del turismo en general y el de Bariloche en particular, no ve con buenos ojos una dolarización de la economía, ni una convertibilidad, ya que recuerdan de muy mala forma la década de los 90, donde los argentinos se iban al exterior y las empresas nacionales y locales quebraban de manera masiva.

En el mismo sentido, incluso quienes critican al gobierno de Alberto Fernández, destacan la gestión en Turismo desarrollada por Matías Lammens durante los últimos 4 años, más aún siendo una figura que no era del sector y que tuvo que conocer el terreno prácticamente desde cero.

En caso de ganar Massa, Matías Lammens continuaría como ministro y eso es una buena noticia para los empresarios del turismo. Le agradecen su escucha permanente, su rapidez de reflejos en la pandemia con un estado presente, el fomento a la actividad con la creación del PreViaje, el respaldo a las localidades emergentes con el programa 50 Destinos, la promoción internacional y el apoyo permanente a una industria que deja miles de dólares en la Argentina.

Hace algunos días, Sergio Massa, presentó junto a Lammens, los ejes principales del “Plan integral de promoción y desarrollo del turismo internacional”. La iniciativa busca consolidar a la Argentina como el principal destino turístico de la región a través de un fuerte impulso del turismo receptivo.

Allí, Massa confirmó la continuidad del PreViaje (programa que Bariloche lideró en sus cinco ediciones) y dijo que no deben cerrarse los Parques Nacionales, planteó la necesidad de modernizar los pasos fronterizos, hacer más ágiles los cruces, y prometió bajar la tasa aeroportuaria.

Dentro de los objetivos de la iniciativa de Massa, se encuentran alcanzar los 10 millones de turistas internacionales en 2027, generar USD 28.000 millones de ingresos para el país en ese período y contribuir a que el sector represente el 12% del PBI. El plan que presentaron consta de siete puntos.

El primer ítem del programa es la ampliación de las escapadas turísticas desde países limítrofes, el segundo es el crecimiento en la conectividad aérea internacional a través de la inversión en Aerolíneas Argentinas, el tercero es poner en marcha una estrategia para recibir 175 mil turistas chinos por año, el cuarto tiene como premisa impulsar a la Antártida como destino turístico nacional.

El quinto ítem propone potenciar a la gastronomía argentina y al vino como foros de atracción, rubros que están directamente vinculados a la cadena de la industria turística. El sexto es que la Argentina se convierta en anfitrión de grandes eventos culturales.