“No hay manera de prever el día, la hora y la dirección en que caerá cada uno de los millones de árboles que compone el bosque andino patagónico”, sostuvo el secretario de Prensa y Propaganda del Sindicato de Guardaparques Nacionales de la República Argentina (SIGUNARA), Danilo Hernández Otaño, al referirse a la situación que atraviesan cuatro guardaparques, junto a dos particulares a cargo de un camping, en una causa judicial que se les sigue debido a la muerte de dos menores en el Parque Nacional Lanín en enero de 2016, a causa, precisamente, de la caída de un árbol.

“El personal no es responsable, ni puede serlo, por fenómenos naturales”, manifestó el representante sindical, quien, precisamente, consideró que “la caída de un árbol es parte de los eventos que pueden ocurrir en un ecosistema”.

“En el caso puntual del árbol del accidente del camping Lolen, en el Parque Nacional Lanín, no estaba viejo, ni seco, ni torcido, ni con hojas muertas, ni con podredumbre… Se cayó entero un día de viento”, remarcó, para luego reflexionar: “No tiene ningún sentido ni lógica perseguir durante ocho años a seis personas, cuatro de ellas empleados de Parques Nacionales y otras dos prestadoras turísticas, tratando de que respondan penalmente por un accidente desafortunado, desgraciado, horrible, que todos lamentamos”.

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“Confiamos en que la Justicia, en el juicio, llegará a una conclusión similar a la que ha tenido ya tres veces en ocasiones previas, declarando la falta de mérito y, en dos oportunidades, el sobreseimiento de los imputados, a partir del sentido común y la lógica. Por eso no se había llegado a juicio, pero ante la insistencia de la fiscalía y de la querella, y la apelación de las decisiones anteriores, se ha arribado a esta instancia, cosa que es increíble y resultaba impensable”, apreció Hernández Otaño.