La cantante brindó una confesión desgarradora de sus problemas emocionales.

Valiente, extremadamente valiente. Karina La Princesita inició un camino de reflexión, de iluminación de un aspecto complejo y que se vincula con lo más profundo de su alma. La cantante se animó, hace un tiempo, a revelar que padece dificultades emocionales.

Sin tapujos, con coraje activó un camino de exteriorizar en entrevistas o posteos en las redes sociales que en sus entrañas vibran sensaciones espinosas como la depresión y los ataques de pánico. Tópicos que no suelen tratarse con frecuencia y mucho menos en figuras públicas.

Karina visitó el programa Seres libres, que conduce Gastón Pauls en Crónica TV y que se caracteriza por el tratamiento serio, cuidado y honesto de diversas problemáticas como las adicciones. Un espacio en el que se abrieron una infinidad de celebridades.

La Princesita no gambeteó el desafío y habló con total claridad de su experiencia personal con lo relacionado al bienestar mental. Así narró el origen de esos episodios adversos:  “Con 19 años la primera vez que canté en el Gran Rex, se atrasó el show porque yo tuve un ataque, que hoy entiendo que fue de pánico y de ansiedad”. 

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“No podía parar de temblar y tenía un ataque de nervios con la gente ya ahí, gritando ‘Karina’. Nadie sabía lo que pasaba”, rememoró la cantante. Y agregó respecto a esa velada: “Yo salí y lloré todo el show. Estaba viviendo un sueño pero artísticamente fue muy feo. No afiné, estaba mal y lloré todo el tiempo”. 

En esa charla pausada, sin apuros, Karina exteriorizó el peor momento de su vida, ese en el que los trastornos la llevaron a límites muy oscuros.  “La etapa más marcada de esta etapa de depresión y ataques de ansiedad es cuando en mi cabeza ya era una decisión el querer morirme”, contó.

A la hora de profundizar en ese instante en el que se cruzaron esos pensamientos, la artista narró: “Pero yo me acuerdo de lo que sentía y de lo que veía en ese momento era negro, no me acuerdo ni dónde estaba. No fue una sola vez fueron varias, de sentir que ya no había salida de ningún tipo”.

A pesar del impacto de su testimonio, Karina especificó lo que rondaba en su mente con la muerte.  “A mí lo que me pasaba es que yo no me quería matar, pero me quería morir. No es que yo decía bueno, de qué forma me puedo quitar la vida, no lo pensaba, quería morirme. A mí no me pasó de querer matarme, pero sí, de querer morirme”, explicó.

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