Cada 30 de mayo se celebra el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple con el fin de dar a conocer al mundo las características de esta enfermedad que atraviesa a millones de personas: 2,8 millones de personas son diagnosticadas con esta enfermedad neurológica crónica.

La misma afecta al sistema nervioso central y se manifiesta mayormente entre los 18 y 35 años, y se presenta en una relación de tres mujeres por cada varón. La Esclerosis Múltiple (EM) no es ni contagiosa, ni hereditaria, ni mortal.

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¿Por qué se celebra hoy?

En el año 2009 la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple (MSIF) dio inició al primer Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, con el fin de reunir a la comunidad internacional para compartir experiencias y alternativas para contrarrestar esta enfermedad.

En esta fecha se busca romper las barreras sociales que afectan a las personas que padecen de esclerosis múltiple (EM), ya que en la mayoría de los casos puede generar algún grado de discapacidad.

Los principales síntomas de la esclerosis múltiple son pérdida de agudeza visual, dolor ocular, problemas motores, trastornos del equilibrio, pérdida de fuerza en miembros superiores o inferiores, incontinencia urinaria o adormecimiento de manos y piernas.

Según los datos recabados en el último Atlas Mundial de la Esclerosis Múltiple, basado en las cifras de la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple, se estima que en el mundo 2.800.000 personas viven con la enfermedad a nivel global, esto implica que una de cada 3 mil personas tiene la afección.

En Argentina, el país de Latinoamérica con mayor prevalencia, también a partir de la información proyectada en el Atlas, se estima un universo de 17 mil personas, aunque no todas están diagnosticadas.

Aunque la Esclerosis Múltiple no tiene cura aún, no es hereditaria ni es mortal. La ciencia ha avanzado y son varios los controles que pueden realizarse para “tratar” esta enfermedad y hacer que sus síntomas se desarrollen más lento.