Jeremías Álvarez –para todos, Jerry– es un obsesivo. Así se define.

Prueba de que no miente es que, cuando llegó la pandemia, un día estaba viendo dibujos con su hijo Dylan por YouTube y, en una publicidad, apreció que hablaban de cómo hacer muñecos con una impresora 3D.

Las imágenes llamaron la atención del niño, pero, sobre todo, del padre.

Jerry decidió comprar una de esas máquinas.

La que llegó a su domicilio funcionaba mal, o eso creyó, no está del todo seguro; piensa que puede haber sido que no supo utilizarla del modo correcto. El asunto es que la cambió y con la nueva ya la cosa mejoró.

Empezó a realizar figuras (recuerda a Freddie Mercury y a un personaje de Breaking Bad, por ejemplo) y, en determinado momento, decidió que sus creaciones podían venderse.

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Con la comercialización, surgió la idea de avanzar, así que adquirió dos máquinas más (hoy va por las ocho).

Se hizo un experto en la materia.

Conoce casi todo lo que tiene que ver con materiales y técnicas.

Los que saben del tema dicen que sus creaciones con lo mejor en 3D de la ciudad... y algo más…

Es muy detallista. Evita que cualquier línea sea notoria.

Para que su labor sea lo más cercana a sus deseos, cuenta con un amigo, Rodrigo Cárdenas, que se encarga de la pintura. Se conocen desde chicos (aluna vez Rodrigo pintó un Majin Boo –personaje de Dragon Ball– en la habitación de la pieza de Jerry) y se complementan para que la tarea linde con la perfección.

Aparte de algunas creaciones que vende en un local especializado del shopping, mayormente, dado el tiempo que le lleva cada figura, realiza trabajos por encargo (se lo puede encontrar en Instagram como jdj3dbari).

Más allá de los muñecos, Jerry tiene una vida laboral paralela (con el trabajo en 3D, más que ganancia, al procurar siempre contar con el mejor material y las técnicas avanzadas, sólo obtiene el dinero justo para seguir invirtiendo en la tarea). Así, trabaja en el Concejo Municipal, en el sector relacionado con las transmisiones de las sesiones por YouTube.

A la vez, desea aprender a diseñar en 3D, pero, sobre todo, sueña con ingresar a INVAP para desempeñarse en la elaboración de las piezas que utilizan en aquel lugar.

De tan obsesivo, es probable que lo logre.