La crisis habitacional afecta a cientos de familias de Bariloche. Las poquísimas opciones para acceder a un alquiler a contraposición de la demanda de viviendas para arrendar, genera un desbalance y una “desnaturalización” de los precios para ingresar a un alquiler.

En las redes sociales es usual encontrarse con posteos donde una pareja o familia pide información sobre alquileres disponibles. Una publicación que circula en las redes por su particularidad y se replicó por la urgente necesidad de encontrar casa, es la de Florencia y su hijo Feli. La familia acudió a las redes no solo por la poca oferta si no movilizada por la condición del pequeño. 

“Feli, aparte de ser un hermoso y buen niño, es autista. Necesitamos con urgencia una casa con dos habitaciones y patio ya que vivimos en el centro y los estímulos sonoros, visuales y demás del lugar, lo hacen sentir muy mal” precisó Flor.

“Su hipersensibilidad aumentó notablemente y lo llevó a estar desorganizado (no dormir, tener crisis, estar angustiado, comer mal, no querer salir del hogar, etc. Por favor necesitamos una casa para alquilar donde, aparte de no estar expuesto a todos esos estímulos, pueda caminar y autorregularse para sentirse bien”. 

Los ruidos fuertes afectan mucho más a las personas autistas que a los demás. Esto es exactamente la hipersensibilidad auditiva. Muestran dificultad de concentración y viven una experiencia sensorial totalmente diferente en la recepción de estímulos no solo auditiva, también olfativa, visual y táctil.

El TEA es un trastorno del neurodesarrollo de origen neurobiológico que se expresa en la infancia. Se caracteriza por impactar en el desarrollo de la comunicación social, como de la conducta, con la posible presencia de comportamientos e intereses restringidos y repetitivos. Es una condición donde se visualizan diversos grados de afección -de ahí la palabra espectro-, donde se pueden presentar dificultades en la adaptación funcional, en el desarrollo o funcionamiento en el área del lenguaje y alteraciones sensoriales -hipo o hipersensibilidad- según el caso.

Los déficits en la interacción social son probablemente los más característicos y específicos de los niños con autismo. Desde pequeños los niños no responden a los gestos y miradas de la gente a su alrededor, no buscan el contacto con otras personas, prefieren jugar en solitario.

Problemas serios en el lenguaje comunicativo verbal y no verbal, frecuentemente no tienen un lenguaje inteligible o repiten las palabras que oyen (ecolalia), alteran el orden de las palabras o las usan con significados particulares para ellos.

Los comportamientos repetitivos o estereotipados: solo les interesa una cosa de manera excesiva e inflexible (las ruedas de los coches, los libros de color rojo...), que realizan rituales o rutinas repetidos sin función alguna o movimientos estereotipados (como aleteo de las manos).