Luego de una suba de 3 puntos porcentuales a la tasa de interés, los depósitos a plazo fijo a 30 días para personas físicas, y por menos de $10 millones, pagan una cifra del 78% nominal anual. Esto implica un rendimiento directo del 6,41% en un mes. Es decir, apenas por debajo del dato de inflación de febrero (6,6%) y apenas por encima del Relevamiento de Expectativas de Mercados (REM) que elabora el Banco Central para marzo, previsto en el 6,3%.

En términos efectivos anuales, el plazo fijo paga hoy un rendimiento del 112,98%. A ese rendimiento se llega en 360 días con plazos fijos a un mes, sucesivos, durante un año. Siempre y cuando, además, con cada nuevo depósito se reinvierta tanto el capital inicial como los intereses que se van cobrando.

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Así, si un ahorrista tiene el objetivo de obtener un cierto monto de intereses cada mes, podría conocer de antemano cuánto necesita depositar para alcanzarlo. Por ejemplo, quien busca obtener $50.000 en 30 días, debería colocar $779.914,53 para poder alcanzar esos rendimientos.

De la misma forma, quien quiere obtener $100.000 en 30 días, debería colocar $1.559.829,06 para poder alcanzar esa meta.

Sin embargo, conviene tener en cuenta que ese resultado en términos de intereses no es propiamente una “ganancia” en una economía con niveles tan altos de inflación. Si los precios se movieran 6% en un mes, un rendimiento del 6% en el mismo período no habría ganado ni perdido nada “en términos reales”.

Esto quiere decir que, para obtener una ganancia propiamente dicha, la colocación financiera en cuestión debería superar la tasa de avance del nivel general de precios en el mismo período.