Una de las figuras excluyentes de Masterchf expuso su momento más disruptivo en cuestiones del corazón

En las novelas o películas la historia de amor de aquel que deja toda una vida de usos y costumbres por otro lugar exótico persiguiendo un amor es algo remañido, pero no por eso menos apasionante.

Donato De Santis es de esas personas que tuvo mil vidas en una vida y que con su pasión la cocina anduvo por los lugares más recónditos del planeta, codeandose con todo tipo de personas, personajes y celebridades.

Desde trabajar con Gianni Versace, cocinarle a la reina del Pop, Madonna o recibir una oferta para vivir en un castillo de parte de un tal Sting, así Donato puede enumerar un millón de aventuras hasta que Argentina se topó en su vida.

Donato se volvió argento sin dudarlo y a pesar de que mantiene su acento y mucho de sus costumbres italianas, desde que conoció a Micaela su vida está atravesada por el país fanático de Maradona, Messi y el mate.

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Siendo un joven cocinero italiano deseoso de nuevos desafíos, De Santis cruzó su vida con Micaela y chau proyectos, solo hubo lugar para el amor en aquel entonces según comentó el chef en relación a su mayor locura por amor.

"Dejar todo atrás. Literalmente, andar solo con lo puesto y mi pasaporte hacia Micaela, el amor de mi vida y madre de mis hijas", fue lo que reveló Donato en lo que fue su mayor jugada o su máximo riesgo por dejarse llevar por el sentir de su corazón.

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Desde aquel primer momento De Santis sintió que era por ahí y se lanzó a una vida en pareja junto a Micaela y aún hoy, 23 años después, siguen juntos disfrutando de la vida con la presencia de sus hijas Fran y Raffaela.

"Emanciparse de la sensación que el sufrimiento es una condena. Entender que tanto la alegría como el sufrimiento son parte de la vida misma y pueden convivir. Aceptar eso es un paso gigante para gozar de una felicidad indestructible",  la definición de Donato para ser feliz y tal cual una receta de pastelería sin pasarse un ingrediente, ríe con cada momento y cada viaje de su alocada manera de ser con la felicidad como bandera.