NUNCA MÁS

| 24/03/2023

Ante la importancia del motivo que convocaba, reinó la unidad

Ante la importancia del motivo que convocaba, reinó la unidad
Fotos: Verónica Moyano.
Fotos: Verónica Moyano.

Una pancarta gigante, junto al mástil donde se eleva la bandera argentina en el Centro Cívico, rezaba “24 de marzo de 1976. Nunca más”.

Sobre un escenario, antes de que hablaran distintos referentes de organizaciones sociales, tocó la murga los Herederos de Kazo.

El Centro Cívico estaba repleto.

Las columnas partieron de diversos lados.

La más gruesa salió desde la intersección de Onelli y Brown.

Varias agrupaciones de izquierda, por otra parte, optaron por hacerlo desde la ruka (casa mapuche) de Bariloche, donde transitan su prisión preventiva domiciliaria las detenidas por el desalojo de Villa Mascardi.

Otras personas, en tanto, aguardaron en Moreno y Onelli, donde todos confluyeron.

Y, si bien en algún momento cierto grupo pudo haberse adelantado con respecto a los otros, en esta ocasión, no se observó una diferenciación notoria como en ocasiones anteriores. Parecía que la causa común era tan fuerte que las discrepancias no alcanzaban para nublar la unidad ante el hecho movilizador: el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

La cantidad de pancartas de quienes se acercaron fue enorme.

Había agrupaciones políticas, sindicatos, símbolos de la diversidad sexual, carteles que referían a las detenidas mapuches, entidades vecinales y un largo etcétera.

Por citar algunos de los letreros que se observaron, se puede decir que se encontraban presentes representantes del Partido Obrero, el Partido de los Trabajadores Socialistas, el Frente Patria Grande, MILES, La Cámpora, la Central de Trabajadores de la Argentina, la Comisión de Salud Mental Derechos Humanos y Géneros, el Movimiento Territorial de Liberación, la Unión de Trabajadores de la Educación de Río Negro (UnTER), la Multisectorial contra la represión, el Sindicato de Trabajadores de Prensa, y más, muchos más…

Claro, quizá la bandera más representativa, dada la fecha, era la de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.

También había otra, gigante, que ya se había visto el año pasado, equiparando lo que sucedió en la dictadura con la Campaña del Desierto y la persecución que siguió a los pueblos mapuches. “Nunca más genocidios”, rezaba.

Uno de los carteles de UnTER, gremio que no ha dejado de ser noticia en los últimos días, recurría a una cita de una canción de Leon Gieco: “La memoria pincha hasta sangrar / a los pueblos que la amarran / y no la dejan andar / libre como el viento”.

El mismo León y Víctor Heredia sonaron con Todavía cantamos, en el ingreso de las columnas en el Centro Cívico.

Esta vez, todas juntas, más allá de cualquier diferencia.

Julio Argentino Roca, por su parte, en la dureza de su caballo, seguía tapado, tal como lo habían dejado a la mañana, cuando se hizo la pintada de pañuelos.

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