Señor Director

| 22/03/2023

Otro día sin clases

CARTA DE LECTORES

Ayer se votó paro docente. Otra vez. Sí. Horrible.

Inmediatamente recibimos el mensaje de dudoso origen sobre el dictamen de una conciliación obligatoria.

Mientras se dilucidaba si corría el paro o la conciliación, nosotros ya sabíamos que en nuestra escuela de todos modos no habría clases. Porque estamos sin agua OTRA VEZ. Sí. Teniendo costa de lago detrás del edificio y la red de agua pasando sin conectarse por frente a la escuela, otra vez, como en muchas otras ocasiones en los últimos años, en la 48 no hay clases por falta de agua.

La movilización de toda la comunidad escolar había logrado que las clases pudieran comenzar a tiempo para estos niños. Se había ¿logrado? el compromiso del Consejo que volvió a “reparar” un sistema de captación de agua que OTRA VEZ nos muestra que no da más.

Ayer también, mientras hacíamos nuestra jornada en el salón que Bomberos nos prestara (a falta de escuela en condiciones higiénicas) recibimos la noticia de que al fin salió la resolución para que se realice la Hora Taller en la escuela. Una alegría para las maestras que podíamos cubrir a sexto y séptimo grado brindándoles este beneficio como una forma de subsanar en parte los perjuicios dejados por la pandemia. Una pena saber que no tendrían docentes para esa Hora Taller los niños de los otros 2 grados que cursan a la mañana. Porque, simplemente, docentes no hay más.

Docentes hay cada vez menos. Faltan profesores que puedan cubrir grados de primaria y áreas en secundaria. Ni sumando a todos los que llegan con el título desde otras provincias. Ni habilitando a las maestras de inicial para cubrir primarias o a idóneos para secundaria. No alcanza. Pareciera que ser docente no es una profesión conveniente.

Los chicos que eligen trabajos y profesiones no están eligiendo esta carrera. Claro. Vida hay una sola. Y conocer de antemano cómo los docentes somos tratados desde la comunidad por personas que en su malestar nos agreden sin filtro… O por un gobierno que además se toma la atribución, por ejemplo, de dejarnos prácticamente sin atención médica…

Es complejo y muy difícil de sintetizar cómo se vivencia el deterioro constante y abrumador de la educación pública. Pero está a la vista de todo el que quiera saber.

Mientras tanto el paro surge como una medida desesperada tras solicitar muuuuchas veces, sin éxito, que se tomen las medidas políticas enérgicamente solicitadas para que la escuela toda funcione como niños y adultos nos merecemos.

En momentos como este es importante para quienes sostenemos la educación en las aulas, que las familias apelen al registro que tienen cuando se acercan a la escuela y los maestros tenemos mucho para compartirles, mientras en conjunto buscamos la mejor estrategia para que cada niño crezca íntegramente.

Sepamos aportar lo mejor que tenemos desde cada lugar para defender la educación pública.

 

Patricia Domínguez

 

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