Tal como sucedió el 8M –Día Internacional de la Mujer–, en la jornada de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el viernes 24 de marzo, uno de los puntos de salida de la movilización rumbo al Centro Cívico será la ruka (casa mapuche) de Bariloche, ubicada en la calle Cabo Campos, en cercanía de Radio Nacional.

Cabe recordar que, en ese sitio, transitan la detención preventiva domiciliaria cuatro integrantes de la Lafken Winkul Mapu, comunidad que, en octubre del año pasado, fue desalojada de Villa Mascardi.

Entre las detenidas por usurpación se encuentra Betiana Colhuan, una joven a la que consideran machi, es decir, una especie de líder espiritual y sanadora.

La decisión de marchar desde allí representa un apoyo a esas mujeres, en un momento donde, hasta el instante de escribir estas líneas, la mesa de diálogo iniciada a pedido del presidente de la Nación, Alberto Fernández, parece estar en stand by, ya que, sobre la concreción del encuentro entre funcionarios nacionales y referentes mapuches, que en principio había sido pautado para hace casi un mes (se había indicado que se llevaría a cabo el 24 de febrero), reina el silencio. 

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Igualmente, hay que señalar que la ruka no será el único sitio desde donde se marchará hacia el Centro Cívico.

En ese sentido, se indicó que también se concentrará en Onelli y Brown.

Si bien la cuestión parece aludir a un tema de comodidad para quienes decidan marchar ese día, es cierto que, en cuanto a la situación relacionada con la Lafken Winkul Mapu, no parece haber una opinión unánime.

Es decir, no todos los que piensan manifestarse el 24 de marzo comparten un sentir respecto a la cuestión.

Sucedió lo mismo el 8 de marzo, cuando quienes salieron desde la ruka barilochense conformaron algo así como un tercio de quienes, aquel día, se lanzaron a las calles para expresar broncas y logros en el Día de la Mujer.

En esa ocasión, incluso, se pudo apreciar una diferenciación entre las columnas que ingresaron al Cívico, no por una discusión entre ellas, sino por la conformación de bloques distintos de gente. Así, por un lado, se veían personas que acompañaban el reclamo mapuche (donde se notaban pancartas de agrupaciones de izquierda), mientras que, por otra parte, estaban quienes levantaban banderas afines al movimiento Ni una menos, con reclamos particulares, como el de los familiares de Brenda Díaz, la mujer de treinta años que apareció muerta por asfixia el 30 de diciembre de 2022, frente a lo cual los familiares están convencidos de que se trató de un femicidio, y no de un suicidio, como se indicó en un primer momento. Además, en el 8M, también se encontraban los que daban un tono explícitamente político a la marcha, con expresiones fervorosas en apoyo a Cristina Fernández.

Entonces, esta vez, ante cuestiones de logística, como así también por criterios encontrados acerca del tema, estará la posibilidad de iniciar la caminata en la ruka de Bariloche, pero también se podrá partir desde Onelli y Brown.

La cita, en ambos casos, será a las 17.

Más allá de que quienes participen dividan, por motivos diversos, la partida entre uno u otro lado, parece innegable que la jornada, en Bariloche, se distinguirá de otras marchas por el añadido de defender una causa que genera controversias.