PALABRAS DURAS, VIDA FAMILIAR Y UN ACV

| 21/03/2023

El paso de Symns por Bariloche

El paso de Symns por Bariloche
Foto gentileza de Noelia López.
Foto gentileza de Noelia López.

“Yo viví allá. Todo el sur es una mierda”, así reaccionó Enrique Symns cuando el 18 de octubre de 2013, en un bar marplatense, le conté que residía en Bariloche.

En aquella ocasión, el escritor –que falleció la semana pasada, a los setenta y siete años– tildó a los habitantes de la región como “mentirosos” y “falsos”.

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En una nota publicada en marzo de 2006 en la revista La mano, que dirigía Roberto Pettinato, donde se refería a la Comarca Andina, porque por aquel entonces pasaba gran parte de su tiempo en El Bolsón, Symns hacía un aparte para referirse a Bariloche, y no de la mejor manera.

En ese artículo escribió: “Bariloche es un paisaje congelado, se parece tanto a las tarjetas postales que lo representan que es casi un dibujo animado de esas postales. No hay nada más decepcionante que la belleza. Pero, por otra parte, los barilochenses están controlados por el régimen convivencial más autoritario que yo conozca. Las pequeñas villas en las afueras de la ciudad contrastan inevitablemente con el lujo que circunda los lagos. Hay un complejo de edificios que son un símil de Fortín Apache”.

Y seguía: “Cuando visité esos desalmados conglomerados de cemento, comprobé que, si me olvidaba de la geografía, podía estar perfectamente en algún lugar del conurbano bonaerense. En uno de los paredones de acceso alguien se había encargado de dejar clara la ideología de sus habitantes: ‘El único policía bueno es el policía muerto’, decía la pintada. Un cordón de control policial, que incluye a los feroces GAPS, impide en forma violenta que la muchachada marginal de los alrededores contamine el centro de la ciudad. Los artesanos son acosados permanentemente por los inspectores”.

“Pero lo más escalofriante es percibir el fantasma nazi que aún flota como una nube letal sobre la ideología de sus habitantes”, señalaba también.

Luego, en 2012, en la revista ORSAI, volvió a referirse a Bariloche. “Es una ciudad detestable, bien germana. Todas las calles tienen nombres de botón o de milico”, dijo.

Sin embargo, en la localidad pasó varias temporadas con una familia amiga, una pareja con una hija para quien Enrique era una especie de abuelo.

Se podría decir que, en ese ámbito, encontró algo de sosiego.

Pero, en medio de esa especie de placidez, Symns, que ya había descubierto que tenía diabetes y solía perder el equilibrio, sufrió un ACV.

En 2013, cuando conversamos, recordó el episodio, que sucedió en la casa de sus conocidos, en el barrio Nueva Jamaica, donde paraba cuando venía. “Primero me cagué encima, sin ningún aviso. Los síntomas me agarraron del lado izquierdo. Mis amigos no sabían qué hacer… Yo quería que me mataran, pero me llevaron al hospital, que estaba lejísimos… Tardamos dos horas en llegar. Entré a la enfermería, y ahí, tac, se me pasó. Igual, me internaron. Estuve quince días en ese lugar”.

Para que se entienda por qué, más allá de los dardos que arrojó sobre la ciudad, y del padecimiento físico, se puede decir que, en Bariloche, vivió una, para él, extraña vida familiar, también hay que recurrir a las páginas de Orsai, donde, si bien se refirió despectivamente a la localidad, evocó: “Yo caminaba todas las mañanas varios kilómetros por el bosque y algunas tardes llevaba a la niña de la casa a ver películas fascinantes como Las crónicas de Narnia, Piratas del Caribe, La era de hielo".

Viniendo de cualquier persona, eso sería solo un comentario, pero, al saber quién lo decía, leerlo llama la atención.

Después de todo, hablamos del “héroe del whisky”, el tipo que expuso su unión con la cocaína sin tapujos.

A propósito, en Bariloche, al principio, su vínculo con la merca también existió, pero siempre fue cuidadoso de que la nena a la que trataba como una nieta no lo observara en ninguna situación comprometida.

En la última etapa que pasó en esta parte del sur, ya no jalaba. Más que una decisión, fue algo así como una orden que venía por prescripción médica.

Sin embargo, en otras geografías, volvería a reunirse con el polvo que desbanca a los dioses de cualquier Olimpo.

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