Los propietarios de predios en Villa Mascardi no recibieron, hasta el momento, una comunicación de la Secretaría de Derechos Humanos sobre una próxima reunión en relación al conflicto del paraje.

Cabe recordar que, en un principio, ante la convocatoria a una mesa de diálogo entre representantes del Gobierno y referentes indígenas, que se produjo por voluntad del presidente de la Nación, Alberto Fernández, los vecinos se sintieron menospreciados al no ser tenidos en cuenta. Por eso, cuando se realizó la conversación entre funcionarios y mapuches, el 12 de enero en la ex-Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en Buenos Aires, el presidente de la Junta Vecinal de Villa Mascardi, Diego Frutos, acudió al sitio para mostrar su descontento.

Frente a esa situación, el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, lo convocó a conversar, en un encuentro que se llevó a cabo en Buenos Aires el 18 de enero, del que también participó Luis Dates junto a su esposa, Mercedes Olivera.

Debe resaltarse que Frutos y Dates son dueños de viviendas que fueron vandalizadas durante la permanencia de la lof Lafken Winkul Mapu en Mascardi (esa comunidad llegó a la zona en 2017 y fue desalojada en octubre de 2022).

El 10 de febrero, en tanto, tras reunirse con los referentes mapuches en Bariloche, Pietragalla se trasladó a Mascardi, donde se encontró con vecinos en la escuela Misiones Rurales Argentinas.

Allí se vivieron momentos tensos.

Por un lado, el secretario de Derechos Humanos se sintió molesto por la presencia de militantes de NOS, la agrupación política liderada a nivel nacional por Juan José Gómez Centurión, que lo increparon duramente, mientras que los propietarios de viviendas mostraron su descontento por la propuesta gubernamental de que la persona a la que los mapuches consideran machi, es decir, una especie de autoridad espiritual, regrese al predio de Parques Nacionales del que había sido desalojada su comunidad, como así también de entregar tierras a la lof en un sitio cercano a Mascardi.

Pietragalla se retiró con la promesa de volver en dos semanas, lo mismo que había hecho con los referentes indígenas.

Finalmente, eso no sucedió y los vecinos, al igual que los mapuches, todavía no tuvieron información acerca de una nueva reunión.