En el décimo aniversario de la asignación de Jorge Bergoglio como máximo representante de Dios en la tierra, el anterior monseñor de nuestra Iglesia Catedral y hoy obispo de Merlo-Moreno y barilochense, Juan José Chaparro, dejó un mensaje por una de sus redes sociales, sobre estos 10 años. 

"La opción por los pobres y excluidos de este mundo es una de las propuestas más claras de Francisco unida a su estilo de vida pobre y desprendida: encuentro con migrantes, refugiados, movimientos populares, etc. La invitación constante a la Iglesia y al mundo a acompañar a los débiles, excluidos, carentes de vida o aquellos cuya vida peligra (los niños por nacer, los ancianos, etc.). La insistencia en acompañar a quienes han fracasado en su matrimonio con una renovada pastoral e incluso la posibilidad de la recepción de sacramentos luego de un discernimiento y acompañamiento espiritual. Todo esto acompañado de un estilo de vida sencillo, el abandono de ciertas prácticas como vestimentas, uso de automóviles, etc. También el hecho de no aceptar para los pastores estilo de vida lujosa o poco transparente en sus gastos, la revisión de lo económico en el Vaticano, etc".

Como balance de todo lo más sobresaliente del trabajo realizado, en relación a lo que falta destacó: "La concreción de una Iglesia más ministerial, donde la abundancia de dones y carismas, sean reconocidos en las iglesias particulares, porque en distintas partes, geografías, culturas, etc, fluyen diversas necesidades, servicios, actuaciones. Es algo pendiente para las Conferencias episcopales e iglesias particulares".

Otra de las propuestas más destacadas es la de volver a pensar "el lugar de la mujer en la iglesia y en la sociedad. La iglesia necesita escuchar los clamores en una sociedad machista, violenta, y excluyente, de la cual es parte y necesita asumir la transformación, lo cual implica asumir en toda su dimensión el lugar de las mujeres en su propia vida y misión, en fidelidad a Jesús el Señor".

Finalmente, expresó que: "El camino de sinodalidad con las realidades de nuestro mundo: la sociedad, la creación, etc. La Iglesia está llamada a ser signo del Reino buscando el Reino, con otros/as que también lo hacen. La Iglesia sigue demasiado encapsulada en sus preocupaciones internas, o simplemente sin ver que la realidad entera ha sido redimida por Jesús y clama transformación. La necesaria vuelta a Jesús y su Evangelio, para una mejor comprensión de su historia y vida, y las incidencias en las iglesias hoy (por lo tanto el cristianismo en su dimensión ecuménica, interreligiosa, cósmica).