Siempre las personas han mirado hacia el cielo.

Y, en la nocturnidad, tratan de encontrar amparo visual en la luna.

La fascinación que causa el satélite natural de la Tierra es innegable.

Prueba de ello fueron los cientos de personas que acudieron el miércoles por la noche al Centro Cívico.

Tres telescopios de diferentes características permitían “acercar” la luna.

La propuesta surgió del Ministerio de Turismo de Río Negro que en tres ciudades de la provincia –Allen, Las Grutas y Bariloche– dispuso actividades en lugares públicos para difundir el astroturismo.

En Bariloche, el encargado de llevar adelante la propuesta fue alguien cuyo nombre, en la región, ya es sinónimo de lo que significa mirar hacia el cielo: Daniel Chiesa.

Desde hace tiempo, Daniel lleva adelante su emprendimiento Astropatagonia.

Tiene un observatorio en Ñirihuau que levantó con sus propias manos. Quien quiera, si las condiciones del cielo lo permiten, puede ir a ver “de cerca” las estrellas, pero hay que contactarse con Daniel previamente, porque los cupos son limitados (se lo puede llamar al +54 9 2944 639-108). Al tratarse de un espacio reducido, la experiencia se vive en grupos de no más de diez personas.  

También suelen convocarlo para acontecimientos diversos. Por ejemplo, el viernes de la semana pasada estuvo en Picún Leufú, donde fue convocado por el Municipio.

En cualquier caso, él “carga” los telescopios y va…

La cantidad de gente que acudió al Centro Cívico –al igual que sucedió el 6 de enero, cuando se llevó adelante la experiencia por vez inaugural– es una prueba de que el astroturismo es una posibilidad a desarrollar. “Estas cosas tienen que crecer y avanzar”, afirma Daniel al respecto, quien, de alguna manera, fue el que, con cada paso que ha dado en la temática, ayudó a evidenciar que el cielo puede resultar fascinante.

En esta ocasión, la experiencia estuvo focalizada en el satélite natural de la Tierra. “La luna siempre es atractiva para la gente”, dice Daniel, y es cierto, su seducción es indudable. También es verdad que tiene cierto halo de misterio, por aquello de que muestra sólo uno de sus lados, manteniendo en secreto el otro. Quizá quienes concurrieron al Centro Cívico, en un gran abanico de edades, hayan tenido la ilusión de que, al mirar por el telescopio, el astro les dejaría ver, aunque sea por un instante, su cara oculta.