En el contexto de una segunda gira por el continente, actuará el sábado en Estación Araucanía en formato acústico e íntimo.

Pedro Pastor es un joven cantautor español de la escena independiente que recuesta su trayectoria en letras comprometidas por su contenido social y crítico. Musicalmente, el artista dice aquello que tiene que decir a través de canciones que no pueden emparentarse con género alguno, aunque también incursiona en el folk y en el hip hop. ¿A qué viene la introducción? A que el músico se presentará por primera vez en Bariloche, el sábado (4 de febrero) desde las 22, en Estación Araucanía.

No es la primera vez que Pastor asume el ropaje de trotamundos por la región. Con el Tour Vueltas -valga la redundancia- vistió seis países de Sudamérica, brindó 15 conciertos y logró una convocatoria que se calculó en varios miles de asistentes. En la actualidad, reedita la experiencia en un formato íntimo y acústico. En ese contexto se producirá su arribo al noroeste de la Patagonia.

Con ese cometido, se acompaña con Álvaro Navarro (guitarra, tres cubano, flauta y voz). Según se anticipó, compartirá un recorrido por todo su repertorio, incluyendo canciones de sus cinco discos. Se trata de “La vida plena” (2014); “Solo los locos viven la libertad” (2016); “SoloLuna” (2017); “Vulnerables” (2019) y “Vueltas” (2021), los dos últimos con Los Locos Descalzos.

Su tema “El baile”, que integra el álbum “Vulnerables”, se aproxima a los seis millones de reproducciones en Spotify, aunque otros de sus títulos no vienen muy atrás. Añadieron sus anfitriones a título de presentación: “Canciones de ida y vuelta, ritmos y timbres que viajan desde el Caribe hasta España, desde el Congo hasta los Andes y esas letras agudas y directas que son ya una seña de identidad del cantautor”.

Además, “su música aborda diversos asuntos como el amor, la libertad, el movimiento y los viajes. Pero también se pregunta por el territorio, el conflicto armado y la memoria histórica que atraviesa el país (España) y toda América Latina”. Pastor pone en el centro de la escena la autogestión y el mensaje que brinda, sin dejar de lado “la memoria, sensibilidad” y la “libertad, que son un motor de su música”. Visita de relieve internacional en el verano barilochense.