Tras una negociación con un agente especializado del Servicio Penitenciario (SPP) que derivó en la liberación del celador que fue tomado de rehén por los internos Bonefoi y Rojas, volvió lentamente la calma al Establecimiento de Ejecución Penal II de Roca.

Una vez que los reclusos liberaron al efectivo policial, quien resultó ileso, los penitenciarios realizaron una requisa en las celdas del Pabellón 10, donde se produjo el disturbio.

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El objetivo es controlar que en ningún calabozo haya armas de fabricación carcelaria, como facas o tumberas, las que se podrían utilizar en otra revuelta.

Si bien en este caso puntual solamente dos internos iniciaron los problemas, desde el SPP indicaron que si no se controla la situación estos presos podrían buscar nuevos conflictos con la complicidad de otros detenidos.

La situación fue informada al Juzgado de Bariloche que entiende en las causas de Bonefoi y Rojas, para que conste la inconducta de los detenidos.