El cantante diseñó la casa, sin embargo, la terminó comprando Carmen Barbieri para que viva su hijo.

Muchas veces se dice que la casa de uno es un calco de la personalidad de su dueño, más aún si uno es quien la diseña originalmente, tomando todas las decisiones para que se ajuste a cada uno de sus gustos. Por eso, es difícil pensar que la casa soñada de Luis Alberto Spinetta terminaría siendo el hogar de Fede Bal.

Es el cantante diseño él mismo la casa que tenía en Ingeniero Maschwitz, sin embargo, Carmen Barbieri fue quien terminó comprándola años más tarde, para regalársela a su hijo Fede Bal. Este precioso edificio tiene seis baños, seis habitaciones, un gimnasio totalmente equipado y un bar, el cuál se convirtió en un homenaje al padre del actor, bautizándolo Balbieri bar.

“Hay como un amor que sobrevuela la casa y hay mucho arte”, aseguró Fede Bal la primera vez que contó que su casa era la de Luis Alberto Spinetta.

La gran cantidad de habitaciones que tenía la casa le sirvieron al actor para poder asignar un cuarto a cada una de sus actividades. En uno tiene un pequeño estudio personal, en otro armó la habitación para trabajar, con dos computadoras listas para editar sus producciones audiovisuales, y todo lo necesario para emitir su programa de radio.

Además, su cuarto tiene un baño en suite con un enorme jacuzzi, que da a una gran vista del exterior de la casa. Además, afuera de la casa tiene su gimnasio privado con una bolsa de boxeo, pesas y máquinas.

“Tengo una súper huerta y la cuido a diario”, reveló Fede Bal quien también tiene una terraza exterior con sillones y una larga mesa, además de una pileta. Sin embargo, no es la única que tiene, ya que tiene otra totalmente climatizada.