Este jueves es el cumpleaños de Jorge Montenegro, quien fue jefe de bomberos del Cuartel Centro. Hace 5 años sufrió un ACV, se le diagnosticó muerte cerebral e incluso se analizó una donación de sus órganos. Con mucho esfuerzo, esperanza y sin bajar los brazos, en base a una fuerte creencia pudo salir de dicha situación. Una verdadera lección de vida. Hoy tiene el deseo de escribir un libro contando su experiencia. 

A través del móvil de El Cordillerano radio (93.7) indicó que “quiero dar un aliento de esperanza para aquellos que pasen o han pasado la misma experiencia que me sucedió. No es cuestión de rendirse, es cuestión de tenerse fe y con esfuerzo, con mucha voluntad, se puede salir adelante”. 

Asimismo explicó que ante una situación de ACV, “cuando te despertás volvés con una hemiplejia, con parte del cuerpo paralizado y una persona como yo que era un bombero activo y de un día para otro me encontré en una cama sin movimiento, es deprimente. Como dice el dicho, ‘cuando llega la noche hasta tu propia sombra te abandona’. Hay que tenerse mucha fe, con esmero se puede salir adelante. Al fondo del túnel hay luz, no hay que desistir en el camino, hay que continuar la lucha para ver el sol”.

Explicó que “siempre me aferré a mi esposa que fue la que me acompañó en toda mi rehabilitación, estuvo conmigo, verla cómo ponía su esfuerzo para ayudar a levantarme. Es una experiencia donde tuve que aprender todo de nuevo, es como volver a nacer. Tuve dos ACV, con diagnóstico de muerte cerebral, pero nunca dejé de escuchar lo que sucedía a mi alrededor, siempre supe qué sucedía a mi alrededor aún estando en coma”. 

También refirió en su relato que “yo mismo me decía, ‘no soy un vegetal’, tengo mucho para dar, así me decía ‘tengo que seguir luchando’. Escuchaba que algunos médicos y enfermeras decían: ‘mirá que hombre sano, fuerte y la mujer tiene esperanza que va a volver y este hombre va a quedar en estado vegetativo’, yo los escuchaba, pero no podía hablar, tenían una traqueotomía y no les podía decir nada aunque los escuchara. Todo eso me llevó a luchar y a decir ‘yo estoy bien'”.

Luego de 5 años pensó que “esto me sucedió a mí por ser un jefe responsable, porque muchas veces la sociedad critica al irresponsable. Yo era responsable, me ocupaba de todo lo que me otorgó el reglamento de Bomberos para resguardar vidas y bienes, darle a conocer a toda la sociedad qué hace un bombero” y agregó que “un bombero está expuesto a situaciones extremas, cuando un bombero llega al lugar de un siniestro llega en el medio de un caos y muchas veces la sociedad no dice ‘por fin llegó un bombero’, no, lo primero que recibe el voluntario es como un palo, por eso salí muchas veces a defender a mi gente. Muchas veces tenía que decirle a un pariente que un bombero no podía volver porque los habían o se había lastimado en una emergencia”. 

Dentro del mismo esquema refirió que “prefería retirar a mi gente y de esa forma evitar que mis hombres se lastimen. Los únicos que iban a  perder son aquellos que perdían nuestro servicio, porque nuestra tarea es voluntaria y gratuita. Esto lo va a entender por lo general otro bombero, a uno se le destapa la adrenalina. Cuando yo salí de mi situación pensé que iban a venir a mi casa a realizar un homenaje, pero son solamente sueños”. 

En ese rumbo señaló que “igual sigo en contacto con mis compañeros, un líder siempre va a ser un líder. Sentí mucha rabia dentro mío, uno se siente impotente y uno desata su furia con la persona que tiene al lado. Hasta que uno toma conciencia que esa persona que está al lado no tiene la culpa de lo que a uno le está pasando. Uno es responsable de lo que hace y solo depende de uno lo que hace”. 

Sostuvo que “el libro lo tengo en mi cabeza, lo voy desarrollando de a poco, es una autobiografía sobre mi carrera de bombero. El mensaje es sobre qué lo lleva a un ser humano a ser un servidor público, muchas veces poniendo en riesgo su propia vida para salvar a otro. Cuál es esa llama que se despierta en el corazón de prestar servicio”. 

Sobre si sintió el apoyo de Bomberos Voluntarios señaló: “Tengo que reconocer que no, no sé si fue por haber sido el líder, pero no fui reconocido en ese momento. Ahí viene algo que también va a tener el libro, que es el acompañamiento que necesita la persona que sufre un accidente, no es que uno necesite que vengan a pagar un impuesto o a darle la comida, uno necesita la palabra de aliento, la contención. Cuando cae una persona así, cae toda la familia, más en el caso mío que yo era el pilar de esta casa”. 

Refirió al respecto que “faltó acompañamiento porque no hay un protocolo para un bombero caído, me comprometo con la actual gestión a seguir con un trabajo para mejorar esa situación, porque hoy hay tres hombres con dificultades. El caso de Damián Lucero, Oscar Sánchez que sufren consecuencias por sus tareas de voluntario, por salvaguardar vidas. Oscar terminó aspirando mucho monóxido de carbono y a él también le dio un ACV, respiró mucho tiempo aire viciado, tuvo que entrar a una cámara hiperbárica y tuvo un trabajo bastante largo para poder recuperarse, aun está en rehabilitación”.