En diciembre, los trabajadores en relación de dependencia perciben el segundo Sueldo Anual Complementario (SAC), más conocido como aguinaldo. En un contexto de inflación alta, existen diversas opciones para que el dinero no pierda valor.

1- Comprar dólares

Para evitar operar en el mercado informal, se puede invertir a través del dólar MEP. El mismo se consigue como resultado de la compra de bonos en pesos en el mercado local y luego se vende en dólares.

“Hoy en día, la mejor herramienta contra la inflación y el contexto actual de la Argentina es tratar de preservar el valor comprando dólar MEP”, afirma Vanesa Di Trolio, gerente de Desarrollos de Negocios de Reba App.

A diferencia del dólar oficial, el MEP (también llamado dólar Bolsa) permite acceder a la divisa sin límites mensuales. De todas formas, en caso de hacerse de dólares a través de esta vía, no se podrá comprar el oficial durante 90 días.

2- Fondos comunes de inversión

Un Fondo Común de Inversión es un patrimonio formado por los aportes de un grupo de personas que tienen los mismos objetivos de rentabilidad y riesgo en las inversiones que realizan. Para ingresar, se compran pequeñas partes del fondo, llamadas “cuotapartes”, a un determinado valor.

Los precios varían diariamente según la fluctuación de los costos de los activos que componen la cartera del fondo. La ventaja es que se puede invertir tantas veces como se desee, inclusive traspasarse de un fondo a otro en cualquier momento. Asimismo, permite disponer del dinero invertido en el día, en 24 o 72 horas hábiles.

3- Plazo fijo

El plazo fijo también es una buena posibilidad de inversión, según los especialistas financieros. Una de sus ventajas es que permite saber de antemano de cuánto será la ganancia, de acuerdo con el monto invertido y en cuánto tiempo se pueden cobrar los intereses.

Además de los plazos fijos tradicionales, que inmovilizan los fondos durante un mínimo de 30 días, existe la posibilidad de invertir en un plazo fijo UVA. En este caso, el dinero debe permanecer encajado por un lapso mínimo de 90 días.

Además, su rentabilidad se ajusta en base al coeficiente de estabilización de referencia (CER), es decir, por el nivel de precios. Toma como dato a la inflación registrada en los 45 días previos y en las 45 jornadas posteriores a la realización del depósito.