Con la Selección Argentina a punto de debutar en Qatar, el país se puso “mundialista”.

Particularmente, en Bariloche son varias las esquinas de la ciudad donde se ofrecen banderas, camisetas y demás artículos albicelestes.

Pero si hay un sitio que realmente se “embanderó” es la feria Sin Fronteras, en Onelli y Santa Cruz.

Al ingresar se observa que la mayor parte de los puestos apostaron fuerte a las ventas por el campeonato.

Más allá de aquellos que invirtieron como para que los stands quedaran hasta el tope de elementos relacionados con el fútbol, todos venden aunque sea algún adminículo con los colores de Argentina.

Incluso en los puestos gastronómicos, al fondo de los pasillos, si bien no ofrecen nada relativo al Mundial, varias de las chicas que atienden muestran ajustadas camisetas de la selección.

Tantos productos futbolísticos tienen un porqué: todo se vende como pan caliente… Y hablando de eso, un repartidor de pan, precisamente, a unos metros de la feria, ostentaba orgulloso un gorro estilo Piluso con los colores patrios…

Si bien ya se había vivido un adelanto de lo que podría llegar a pasar cuando era imposible conseguir figuritas del Mundial, la locura por Qatar pasó de los álbumes a cualquier cosa que tenga que ver con el torneo.

A todo esto, los sobres de figus, de septiembre a ahora, casi duplicaron su valor.

Pero volvamos a la actualidad de la feria Sin Fronteras. Tan bien se vende lo “mundialista”, que ya hay quienes piensan si convendrá hacerle un lugar a los arbolitos y adornos de Navidad o si no será mejor seguir a todo o nada con la albiceleste… Claro, para eso la selección no tiene que tropezar… 

Los feriantes, por lo pronto, le están poniendo velas a Lionel Scaloni y le dedican un par de rosarios diarios a San Messi. Incluso están los que rezan para que, desde el más allá, el eterno 10, Diego Armando, dedique alguna diablura sin manchar la pelota.

Todo es válido: si sigue Argentina, el merchandising continúa.

Y acá se habla de mucho dinero.

En estos días, hubo puestos que cerraron cajas de seis cifras…

La camiseta es lo que más se vende. De acuerdo a la calidad, van de los tres a algo más de cuatro mil pesos, con una diferencia de doscientos a cuatrocientos entre las de adultos y las de niños.

Obviamente, la que más se pide es la que tiene el nombre de Messi en la espalda, pero también hay quienes buscan diferenciarse y optan por la de algún otro de los integrantes del equipo argentino. Así, en segundo lugar entre las más requeridas está la 9 de Julián Álvarez.

Las pelotas, en tanto, se venden a cuatro mil, y también, en algún puesto, un poco más. 

Las vuvuzelas, por su parte, van de los cuatrocientos a los mil, depende el modelo.

Incluso se ofrecen réplicas de plástico de la copa del mundo a seiscientos.

En uno de los pasajes de la feria, en el techo hay colocada una bandera larga, a modo de adorno.

“Esa es mía”, dice Eulalia Huentú.

“La traigo siempre para el 20 de Junio, y ahora me pareció que era lindo ponerla por el Mundial”, apunta.

Lo único que vende en su puesto con referencia al torneo de fútbol son gorros, a mil cada uno. El resto es ropa de niños, hasta el talle 16.

“Queremos que Argentina salga campeón”, finaliza Eulalia, expresando el sentimiento que reina en la feria Sin Fronteras.