MANO A MANO CON ALGUIEN QUE QUIERE SER PRESIDENTE

| 20/11/2022

Larreta: un hombre con la mente puesta en el tablero de la política argentina

Larreta: un hombre con la mente puesta en el tablero de la política argentina
Fotos: Matías Garay.
Fotos: Matías Garay.

El escritor Jorge Asís lo rebautizó Geniol, en referencia a una vieja imagen publicitaria de la marca de medicamentos donde, para representar la sensación de pinchazos que dan las migrañas, se veía la cabeza de un hombre calvo repleta de clavos.

Al consultarle por el apodo, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ríe y dice: “Me encanta… Yo me río de mí mismo. Asís es muy gracioso”.

Así termina la charla en el hotel Inacayal, que comenzó hace un rato largo, la mañana del sábado.

El hombre que quiere ser presidente llegó a las 10.05 acompañado por el legislador provincial Juan Martin.

Saludó y comenzó una conversación que tocó temas diversos.

–La vez anterior que estuvo en Bariloche, en abril, se pronunció contra la situación que se vivía en Villa Mascardi. En octubre se produjo el desalojo, ¿cree que con esa acción se terminó el problema o piensa que es algo que se mantiene latente?

–Se resolvió parte del problema. Yo estuve desayunando hoy con Graciela Maizón que tiene el campo usurpado hace quince años…

–Ella es de Villa Mascardi, y el campo de la familia está en El Foyel.

–Sí. Así que hay situaciones que se han resuelto con ese desalojo y otras que no. Me parece que queda el miedo, la impresión de que puede volver a pasar. Hay mucha agresión… De ninguna manera diría que esto está resuelto. Que se haya avanzado con los desalojos está bien, por supuesto, porque es recuperar la propiedad para los dueños, pero hay casos que no se solucionaron, y está la sensación de amenaza.

–¿Por qué cree que se da esta situación en la Patagonia, y específicamente en Río Negro, con la problemática de tierras vinculada a los pueblos mapuches?

–Creo que es un tema que se ha acelerado en los últimos años, producto de que el gobierno nacional ha dado señales por lo menos confusas, o ambiguas. En muchos casos, la gente que vive en esta zona siente que se apañó y ayudó a los usurpadores, y si ha habido una asistencia, o por lo menos apoyo, obviamente que la situación empeora.

–En un hipotético gobierno en el que usted fuese presidente, ¿cómo se trataría una temática así, tan complicada para llevar adelante?

–Es un caso de inseguridad donde se requiere la acción de fuerzas federales; caso contrario, ¿para qué las tenemos? Obviamente, la primera responsabilidad es de la provincia, lo mismo que en la Ciudad de Buenos Aires la responsabilidad de la seguridad es mía. Pero tenés también las fuerzas federales para cuestiones excepcionales, y me parece que esta situación se fue de las manos, amerita su participación, para eso están. Trabajando siempre en equipo y coordinación con la provincia. Lo que no se puede es dar señales ambiguas, donde, por un lado, se apoya a los usurpadores; después, se titubea, se duda acerca de si acompañás los desalojos; luego, se desaloja una parte… En esto hay que tener una política clara y respetar el derecho de los propietarios. Y, en todo caso, si hay una problemática con los pueblos originarios también hay que atenderla, pero no puede ir en detrimento del derecho de propiedad, que es elemental en una sociedad.

–Usted alguna vez ha recurrido a alguna figura histórica para ejemplificar algo. Por ejemplo, recientemente mencionó a Juan Bautista Alberdi, en referencia a pensar en el país que él quería. En Bariloche suele haber controversia en torno a Julio Argentino Roca. Su estatua está en el Centro Cívico, y cada vez que hay un conflicto aparece toda pintada. ¿Tiene alguna opinión sobre Roca?

–Estar intentando resolver problemas de la situación actual discutiendo a alguien que vivió hace más de cien años, cuya primera Presidencia fue en 1880, me parece mirar para atrás. No es esa la cuestión ahora… Está el derecho a la propiedad, y también hay una discusión de los mapuches, por supuesto… De los que lo son realmente, porque siento que hay gente que aprovecha la situación para sacar un beneficio.

–¿Cuál cree que es la mejor manera de que Juntos por el Cambio defina la candidatura presidencial?

–Como dice la ley, con las PASO (elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias). Que elija le gente. Es lo más democrático, lo mejor. Y va a ser en agosto del año próximo, falta mucho…

–¿No desgasta a las figuras presidenciables que el partido no se encolumne detrás de una sola persona?

–En ningún lugar del mundo las candidaturas se definen un año antes, para eso hay plazos electorales. Acá ha existido, obviamente, una ansiedad, pero las definiciones son cuando tienen que ser. Así pasa en cualquier lado, sobre todo con un espacio que tiene aspiraciones genuinas de ganar la elección. 

–Cuando estuvo en abril en Bariloche todavía no afirmaba lo de la candidatura, ahora eso ya está definido...

–No es que lo he definido, primero tengo que terminar de recorrer la Argentina, escuchar a la gente en todo el país… Quiero tener un plan claro para sacar a la Argentina adelante, antes de hablar de candidaturas.

–Pero lo que está haciendo, justamente, es una pequeña gira de campaña…

–Es una gira para conocer, escuchar, saber cuáles son los problemas en cada lugar. No es lo mismo lo que se plantea acá que lo que me dijeron en Río Gallegos, por ejemplo, donde todos están desesperados con la educación, o de lo que me hablaron el jueves en Merlo, Provincia de Buenos Aires… Estoy yendo a todos lados. Recién después hablaré de candidaturas. 

–Entonces, tampoco me dirá si se imagina con quién competirá…

–Es que nadie ha definido la candidatura todavía. Falta mucho. La aceleración de los tiempos de la política no se corresponde con los plazos electorales. El cierre de listas, o sea, la definición real de quiénes serán candidatos se producirá en junio del año que viene. 

–¿Y la movida de un sector del Frente de Todos para tratar de sacar las PASO?

–Pareciera que ya abandonaron eso, que desistieron. No se puede hacer, es hacer trampa. No es posible cambiar las reglas de juego electorales para la elección que viene dentro de pocos meses.

–Hay quienes aseguran que Javier Milei puede disminuir el caudal de votos de Juntos por el Cambio, ¿lo ve así?, ¿o cree que son alternativas distintas?

–No lo sé, yo confío en la gente que valora nuestra capacidad de resolver los problemas, que observa la experiencia de lo hecho en la Ciudad de Buenos Aires, que ve, además, que tenemos un bloque grande en el Congreso… O sea, la única alternativa real para que no gane el kirchnerismo y poder gobernar en serio es Juntos por el Cambio. A partir de eso, tenemos cosas para mejorar, debemos terminar de definir el modelo de país para el cual estamos trabajando, y recorrer la Argentina entera, pero la única alternativa es Juntos por el Cambio, porque tenemos la capacidad real de ganarle al kirchnerismo y después poder gobernar con el apoyo necesario.

–Entonces, y claramente hablo de manera figurada, ¿no lo ve a Milei como un “ladrón” de votos?

–No, él tiene todo el derecho a presentarse.

–En lo que va del siglo XXI en la Argentina, ¿qué piensa que representó, y representa, el kirchnerismo?

–Han fracasado. En lo que va del siglo gobernaron más de quince años y, en la actualidad, tenemos un cuarenta por ciento de pobreza, con una inflación que supera el seis por ciento por mes… Estamos en un país sin reservas, con una inversión bajísima, donde se exporta muy poco… Ese es el resultado del tiempo en que el kirchnerismo gobernó. La Argentina se ha partido en dos, con una grieta muy profunda, con antinomias, peleas, donde jamás se ha buscado un acuerdo, un consenso para una política a largo plazo, y con un nivel de inseguridad en algunas zonas como nunca hemos tenido en la historia.

–¿Y Cristina Fernández?

–Ella ha sido la principal responsable del fracaso del kirchnerismo que nos ha llevado a esta situación. Pero, más allá de toda la frustración que a mí y a muchos argentinos nos da el ver cómo estamos hoy, la contracara es que la recorrida que estoy haciendo por el país me provoca esperanza, ya que la Argentina hoy tiene una gran oportunidad, porque el mundo, en algún caso de la guerra, necesita los productos argentinos: los alimentos, el litio que tenemos en el Norte, la energía de Vaca Muerta… Podríamos ser una atracción para el turismo, porque somos una zona pacífica…

–Sabe que desde el otro lado le pueden decir que el gobierno de Mauricio Macri, en lo económico, no terminó bien…

–De los veintidós años de este siglo, gobernaron algo más de quince, y los resultados están a la vista. Ahí está la clave. Ellos siempre van a buscar la culpa en el otro, pase lo que pase.

 

–A los gobiernos de un signo político distinto del peronista, desde el regreso de la democracia, la economía se les ha presentado como el talón de Aquiles. ¿Es posible levantar la situación económica con el peronismo como oposición?

–Por supuesto que es posible. Lo que hay que definir es un modelo de país, un proyecto a largo plazo, y buscar un apoyo lo más amplio posible. Aprendamos del ejemplo de otros países, que estaban tan o más complicados que nosotros. En su momento, Chile, al salir de la dictadura, y España, tras el franquismo –con el Pacto de la Moncloa–, trazaron un rumbo, se pusieron de acuerdo. Yo veo los resultados, por eso hablo de tomar una decisión en base a la evidencia. España en 1977 tenía un PBI per cápita, es decir la riqueza por persona, de aproximadamente la mitad que el de Argentina; hoy es tres veces más. Porque se pusieron de acuerdo y mantuvieron un rumbo en el tiempo.

–Pero estamos, justamente, en la Argentina, con la grieta y demás, ¿cómo se hace para ponerse de acuerdo?

–Hay que empezar por romper la grieta. No es fácil, nada va a serlo, pero debemos comenzar por ahí. Tenemos ochenta años de antinomias, peleas, agresiones… Y así estamos… Entonces, si vamos a seguir haciendo lo mismo, el resultado será igual. Hay que intentar algo distinto.

–¿Qué sería “algo distinto”?

–Buscar un acuerdo para trazar un plan de largo plazo y mantenerlo en el tiempo. Tenemos que tener treinta años seguidos un mismo rumbo. En los países a los que les va bien, desarrollados, cambian los presidentes y varían apenas matices, debido a una impronta personal, pero nosotros somos un péndulo, yendo de un lado al otro. En la Argentina, cuando cambia el presidente, el nuevo parece un fundador, como si refundara el país y todo lo hecho antes fuera una catástrofe… Hay que romper esa lógica, tenemos que perseguir un acuerdo, que nunca será con todos, porque no existe la unanimidad. Yo con el kirchnerismo seguramente nunca me pondré de acuerdo, porque tenemos una visión diferente de país, pero hay otros sectores con los que sí podemos hablar. Para darle nombre a lo que digo, en la última elección sumamos, de la llamada centroderecha, a Ricardo López Murphy; del progresismo, a Margarita Stolbizer. En cuatro provincias fuimos con candidatos que venían del peronismo; en otras, con independientes. Tenemos que seguir en esa dirección.

–Ahora que recorre las provincias notará, en cada una, características propias…

–Obviamente.

–En base a eso, ¿qué valor les da a los partidos provinciales?

–Lo importante es la gente. Si hay argentinos que apoyan a un partido provincial, se le debe dar entidad. Son parte de la realidad, y de los acuerdos que hay que buscar.

–Entonces, habría diálogo con los partidos provinciales en un posible camino futuro…

–Nosotros estamos abiertos al diálogo con todos. Igualmente, en Río Negro tenemos un equipo para ganar, para que el proyecto nacional vaya coordinado con el de la provincia en la misma línea. Pero estamos dispuestos a hablar, por supuesto.

–Si bien cada provincia, justamente, tiene su particularidad, ¿cómo observa la realidad argentina en su totalidad?

–La veo con preocupación. Un país con seis y algo de inflación mensual es insostenible. Así nadie invierte para generar trabajo, a los comercios se les complica vender un producto porque cuando tienen que reponerlo se encuentran con un precio más caro y pierden plata… La situación en la que estamos genera una gran angustia en todo el territorio, más allá de las regiones. La cuestión económica provoca una falta de expectativa en el futuro. No hay esperanza, se aprecia desasosiego…

–En un futuro gobierno, ¿qué valor tendría que tener el dólar? ¿A cuánto sería posible llevarlo?

–En un gobierno tenés que tener un plan integral…

–Pero en la Argentina el patrón que mueve todo es el dólar…

–Nadie que responda cuál tiene que ser el valor del dólar me parece serio. Porque es ir a un tema puntual cuando acá necesitamos un plan integral. Además, falta un año… No sabemos cómo va a estar la Argentina dentro de un año…

–No se sabe cómo va a estar la semana que viene…

–Ese es el problema, no sabemos cómo va a estar la semana que viene, vos lo dijiste mejor que yo.

Luego llegó aquello de la pregunta por el apodo de Geniol…

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