EL JEFE DE GOBIERNO PORTEÑO EN RÍO NEGRO

| 19/11/2022

Larreta paseó por el centro de Bariloche en una visita que quiere mostrarlo “federalizado”

Larreta paseó por el centro de Bariloche en una visita que quiere mostrarlo “federalizado”
Fotos: Matías Garay.
Fotos: Matías Garay.

El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tuvo su recorrido de campaña por Bariloche.

Más allá de la insistencia de que para las elecciones todavía falta, y demás frases similares, su paso por la ciudad se enmarca dentro de un recorrido por distintas localidades que, como fin, claramente, tiene el propósito de otorgarle una imagen “descentralizada”.

Si bien, obviamente, pisa con firmeza en la Ciudad de Buenos Aires, lo que se pretende es difundir su figura.

No es casualidad que, en su reciente paso por Santa Cruz, haya hablado de la necesidad de “volver al federalismo y dejar atrás el país unitario”.

En aquel sitio también mencionó a Juan Bautista Alberdi, que cuestionaba la hegemonía porteña y adhería a las teorías liberales, proponiendo una organización constitucional que garantizara los derechos del interior y rompiera con el centralismo.

Ese es el perfil buscado por Larreta pensando en las urnas de 2023.

En Bariloche, por ejemplo, días antes de su llegada, gente del PRO repartió folletos para inscribirse y participar de una charla con el político.

¡Ojo! No hablamos de una exposición, sino de un ida y vuelta.

La idea, nuevamente, apuntó a mostrar cercanía con la gente.

Así, un grupo de personas concurrió al café y heladería Rudolf, en Mitre 125, donde Larreta se ubicó junto al legislador provincial Juan Martin y al diputado nacional Aníbal Tortoriello en un salón vidriado ubicado dentro del local.

Resultaba curiosa la escena, dentro de esa “pecera” ploteada en vista del Mundial de Qatar, que contaba con una televisión gigante preparada para ver los partidos del certamen.

De entrada, Larreta avisó que, más que hablar, venía a escuchar. Y eso hizo. Si bien contestó las inquietudes y apuntaló cada expresión tomando como ejemplo la gestión gubernamental que lleva adelante en territorio porteño (por ejemplo, cuando se le hizo mención a las tomas de tierras en la Patagonia, respondió: “Hace diez años que no tenemos usurpaciones en la Ciudad de Buenos Aires”), sobre todo tomó nota de las inquietudes que traían las personas.

Igualmente, aprovechó para tirarle algún “palo” a la provincia cuna del kirchnerismo, donde, justamente, Alicia Kirchner es la gobernadora. De esa manera, cuando surgió el tema de la educación, sostuvo: “En Santa Cruz podés tener todas las materias previas y pasás de año; eso es mentirles a los chicos”.

También hizo referencia a los planes sociales. En tal sentido, opinó que no pueden ser eternos, porque se “incentiva a que la gente no tome trabajo, o lo haga en negro, y cualquiera de las dos cosas está mal”.

Destacó la necesidad de un programa integral y advirtió que solucionar las problemáticas de la Argentina no será fácil.

“Hay que lograr un acuerdo social, un gobierno de coalición”, señaló.

Quizá una de las preguntas más interesantes haya venido sobre el final, de parte de Natanael Crespo, de diecinueve años, quien se presentó “como el único joven”, porque el promedio de edad entre los presentes superaba con holgura los cincuenta.

Larreta, de cincuenta y siete, tomó el guante y respondió bromeando: “¡Eh! Yo también soy joven”.

Natanael consultó acerca del plan económico en vista a la posibilidad de que sea presidente y si, en ese punto, ya estaba trabajando con un equipo. Larreta contestó afirmativamente a lo de tener un grupo aplicado a esa tarea. “No se puede improvisar. Tenemos que lograr un plan con acuerdo social que lo apoye”, insistió el jefe de Gobierno porteño.

“Pero tan importante como un plan para la Argentina es uno para cada provincia. Debemos volver a ser un país federal. Producto de los años del kichnerismo, que concentró todos los recursos en el gobierno nacional, somos lo que se llama un país unitario. Eso no puede ser”, expresó.

Y aclaró, para que no se lo malinterpretara: “No es un tema de la Ciudad de Buenos Aires con el interior, esa discusión está zanjada desde hace cincuenta años; acá el problema es el gobierno nacional. Habría que darles a las provincias más capacidad de generar recursos, pero, también, más responsabilidad”.

Un dato de color: coincidió que, en el momento en que estaba Larreta en el establecimiento que escogió para hablar con los barilochenses, pasara por el local el exjefe de Gabinete municipal, Marcos Barberis.

Tras la charla con los ciudadanos que se habían anotado para participar del encuentro con el hombre del PRO, vino la caminata por la calle Mitre.

Larreta se fotografió con cada transeúnte y trabajador de comercio que se lo solicitó. Incluso algún “arbolito” paró momentáneamente con el clásico “compro, vendo”, para retratarse con el político.

Algo a destacar es que, más allá de alguien que pasó y gritó “cuiden los bolsillos”, el político no tuvo muestras de desaprobación.

El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aprovechó el paseo para ingresar en la librería La Barca, donde compró un ejemplar de la nueva novela de Federico Andahazi, Las huellas del mal.

Al salir, se tomó un par de fotos con quienes paseaban –una turista brasilera, al ver la atención que captaba el político, dijo: “Debe ser un actor famoso". Después Larreta se subió a la camioneta que lo llevó a un nuevo destino, dentro del recorrido de campaña en Bariloche.

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