El llanto es la forma en que los bebés manifiestan sus necesidades hasta que aprenden a hablar. Sin embargo, no poder calmarlos puede resultar muy frustrante. En esa línea, un nuevo estudio reveló que la mejor manera de lograrlo es caminar con ellos durante cinco minutos.

Se trata de un artículo publicado en la revista Current Biology, en el que investigadores japoneses aseguraron que “sostenerlos durante cinco minutos y caminar con ellos es el método más efectivo para calmarlos”.

Kumi Kuroda, del Centro Riken para la Ciencia del Cerebro, es la autora del trabajo. Ella y sus colegas investigaron la “respuesta de transporte”, un reflejo innato exhibido en muchos mamíferos altriciales, como ratones, perros, monos y humanos, cuyas crías son inmaduras e incapaces de cuidar de sí mismas.

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Descubrieron que cuando estos animales levantan a sus recién nacidos y comienzan a caminar, los cuerpos de sus crías se vuelven dóciles y su frecuencia cardíaca disminuye. El objetivo, entonces, fue comparar los efectos de la respuesta de transporte de los bebés con los de otras situaciones.

Para el trabajo, examinaron las reacciones de 21 recién nacidos mientras se encontraban en cuatro situaciones diferentes: siendo cargados por sus madres que caminaban, siendo sostenidos por sus madres sentadas, descansando en una cuna o durmiendo en un catre mecedor.

Descubrieron que, después de 30 segundos de que la mamá caminara con la criatura, la frecuencia cardíaca de los que lloraban disminuía y el llanto se detenía. Cuando se colocaba a los bebés en una cuna mecedora, se producía un efecto calmante similar. Sin embargo, esto no ocurría cuando la madre sostenía al bebé mientras estaba sentada o cuando lo acostaba en una cuna inmóvil.

El efecto fue más evidente cuando los movimientos de sostener y caminar continuaron durante cinco minutos. Todos los bebés que lloraban dejaron de hacerlo y casi la mitad de ellos se quedaron dormidos.

De todas formas, cuando las madres intentaron acostarlos, más de un tercio volvió a estar alerta en 20 segundos. La solución fue simple: si los bebés eran sostenidos en brazos durante un período más largo antes de acostarlos, era menos frecuente que se despertaran.

Por eso, los investigadores recomendaron que los padres carguen a los bebés que lloran y caminen con ellos durante cinco minutos. Luego deben sentarse y sostenerlos en brazos durante otros cinco a ocho minutos, antes de acostarlos.