La llamada causa Arbos tuvo una acción en la Justicia que duró 18 años. Omar Goye fue una de las personas que resultó juzgada y sufrió detención en el penal de Esquel. El nombrado consideró que el fallo “fue arbitrario” y por ello elevó una demanda al Estado Nacional por un millonario resarcimiento. Consultado por su reclusión dijo que “las primeras semanas fueron complicadas, uno entra en un mundo totalmente distinto. Yo tenía un poco preparada mi cabeza porque sabía que eso podía ocurrir, que Casación había confirmado ese mamarracho de fallo del Tribunal Federal Oral de Roca. Internamente es como que estaba preparado, desde ese momento mi cabeza estaba preparada para una situación de esa índole y bueno, después uno se va adaptando, como en todas las cosas en la vida”.

Ya cuando estaba detenido “en realidad tuve una actividad que siempre me gustó, que hacía cuando estaba en libertad, que fue trabajar en una carpintería y eso ocupó buena parte de mi tiempo y además de aprender mucho más eso me hizo más llevadera mi estadía en el Penal” y agregó que “estábamos en el mismo pabellón”, con las otras personas que estuvieron en la causa y “de alguna manera con Walter Cortés, que también estuvo asignado a la carpintería, por eso estábamos permanentemente en contacto”. 

A través del programa “Agenda” que se emite por El Cordillerano radio (93.7) que conducen Antonio Zidar y Daniela Lucero, el entrevistado señaló que “también tenía mucha lectura, y luego de estar 18 años detrás de una causa penal creo que aprendí bastante del Derecho Penal, entonces ayudé a unos detenidos con algunos escritos que debían presentar y por las tardes ocupaba mi tiempo en eso y con la lectura”. 

Sobre las visitas recibidas refirió que “cuando estás allí se ven los verdaderos afectos, mi familia y mis hermanas todos los meses me fueron a visitar, con nieve o hielo, como sea, llegaban a visitarme. También algunos amigos más de una vez”. 

Con respecto al regreso a la libertad, mencionó que “los primeros días por supuesto que estaba volviendo al ‘mundo natural’, porque si bien uno cuando está en el Penal está comunicado por las noticias, por los diarios que puedan llegar, por los libros, obviamente que no es una vida normal. En las primeras semanas es un cambio violento porque uno no sabe bien dónde está, si estás allá o estás acá, pero en general no tuve demasiados inconvenientes. Por supuesto, ya en libertad, siempre está la persona que desde arriba de un auto te dice ‘chorro' o cualquier improperio, pero fueron los menos porque creo, bueno Bariloche ha crecido mucho, pero la mayoría de la gente sabe quién soy y cómo me desempeño y en definitiva puedo decir que no tuve un mal recibimiento”. 

También indicó: “La gente en las redes tiene la libertad de escribir lo que le parece al comentar una noticia, siempre y cuando lo hagan desde la buena fe, con nombre y apellido me parece bárbaro, pero cuando se esconden detrás de un perfil que uno no sabe bien de dónde viene el palazo a uno le da un poco de bronca. Son las cuestiones que nos tocan” y sostuvo que “la familia se aguantó todo esto estoicamente, tanto para mi hermana Daniela, como Teresa los primeros tiempos fueron complicados y en la calle también había un desubicado de siempre, que creen que ‘mean agua bendita’, y que hace un comentario inapropiado. Tengo todo para agradecerles el acompañamiento, a mi letrado y su familia, que son también abogados y que me conocen hace mucho tiempo. Ellos fueron un pilar importante para poder sobrellevar aquello”. 

Al respecto de si hubo una cuestión política que tuvo su incidencia reconoció que “cuando uno analiza las cuestiones desde el lado más técnico no queda ninguna duda que había una cuestión política que jugaba en el medio y me atrevo a decir que hubo una orden no escrita sobre la condena. El delito que se me imputaba tiene una pena de 3 a 6 años y al no tener antecedentes, si se lee el fallo que es totalmente amañado, se observa que eso no se tomó en cuenta en ninguna de las consideraciones, como por ejemplo haber puesto una condena de 3 años en suspenso y fue claramente 4 años de cumplimiento efectivo, más las accesorias que eran las inhabilitaciones para ejercer cargos públicos o para ejercer profesionalmente” sobre una futura acción en la política subrayó que “en la poca experiencia política que tuve quedé muy castigado y parece que hay que tener una fibra distinta en lo político y esto lo vemos a diario con muchas personas que por ahí podrían tener alguna consecuencia como la mía, pero se acomodan, transan y siguen”.

Al analizar la gestión del intendente Gustavo Gennuso dijo que “pudo recomponer las finanzas del municipio, a pesar de la pandemia, porque la economía le ha retribuido con creces en este segundo mandato en cuanto al movimiento económico que logró Bariloche, eso revitalizó la Comuna. Sin embargo al intendente le faltan muchas cosas, ha tenido que tomar algunas decisiones importantes que quizás yo no las hubiera tomado o las hubiese tomado de otra manera, como por ejemplo el tema de la prórroga del cerro Catedral. Eso no me gustó, porque me parece que nuestro centro de esquí merecía un llamado a licitación nacional e internacional lo más transparente posible, pero bueno, son decisiones políticas que tiene que tomar el que está al frente y él tomó esa decisión, veremos si era lo más conveniente para la ciudad”. 

Ya sobre la administración provincial refirió que “también ordenó bastante sus finanzas, si bien luego de la pandemia todos los gobiernos han tenido que reacomodar partidas y por ahí dejar de efectuar gastos públicos que muchas veces son necesarios, pero evidentemente más allá de las cuestiones macroeconómicas la llevan bastante ordenada. No sé qué va a pasar cuando haya que devolver el Plan Castello porque la inestabilidad del dólar puede ser un ahogo para la Provincia, pero los Estados nunca quiebran y siempre deciden una reestructuración y un reacomodamiento. Río Negro tiene todas las posibilidades para ser una gran provincia”.

Por último, Omar Goye explicó que en la actualidad “sigo siendo contador, trabajo gran parte de mi tiempo en mi estudio, con los clientes, así como con las amistades y los conocidos que se quedaron conmigo y otros tomaron distintos caminos. Estoy con eso y con el emprendimiento que tiene mi familia en Colonia Suiza que es el camping que explotamos juntos”.