Un informe que elaboró la fuerza federal, luego del ataque incendiario a la casilla móvil que estaba en Villa Mascardi, indica que los atacantes habrían efectuado varios disparos con armas de fuego, los cuales impactaron en la estructura metálica que resultó dañada.

El escrito fue acompañado por registros fotográficos donde figuran los orificios, aparentemente de bala, en una de las paredes de la casilla. El caso está en manos de la fiscalía federal de Bariloche, con intervención de la jueza subrogante María Silvina Domínguez.

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Los gendarmes que estaban cuando ocurrió el episodio fueron citados a declarar como testigos, en tanto que la magistrada ordenó la elaboración de un croquis del predio donde ocurrió el episodio. Pidió además que se incorpore la mayor cantidad de material probatorio para adosar al expediente.

El caso también tiene actuaciones de la Justicia ordinaria y la fiscal Alejandra Bartolomé solicitó a la Policía de Río Negro las actuaciones correspondientes.

En el informe, la Gendarmería precisó que los agresores actuaron “en gran número, incluso con presencia de menores de edad” y, “aprovechando la oscuridad del lugar”, con “presumiblemente disparos de armas de fuego y piedras”, terminaron destruyendo por completo las instalaciones.

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Por su parte, en este contexto, los cinco efectivos que se encontraban custodiando el predio por orden de la Fiscalía Federal de Bariloche, “al verse superados en número, procedieron a replegarse del lugar inmediatamente en un furgón”.

Además, la fuerza de seguridad detalló que se detectó el faltante de “dos cascos de KVLAR” y resaltó que la propiedad atacada “se encuentra próxima a la toma ilegal que mantiene la comunidad autodenominada mapuche ‘Lof Lafken Winkul Mapu’”.

Tras confirmar que los agresores ya habían huido, los Bomberos apagaron el incendio y tanto el personal afectado como los vehículos, armamento y medios de comunicación que se encontraban en la casilla y que resistieron el fuego, estaban bajo resguardo de las autoridades.