“Para el que quiere sobrevivir, el abismo no es peligroso. Sabiendo esto, empecé a caminar. Funcionó. Anduve. Y los pensamientos también. Lo que quedaba era el silencio, que se hacía cada vez más presente. Y fue de esa misma presencia de donde surgió la fuerza para seguir adelante. Y cuando el sol volvió, todo encontró su orden”.

Así comienza el libro “El silencio viene al caminar”, de Luca Lauga, una alemana que en los noventa llegó a la Argentina –más precisamente a Buenos Aires– en una búsqueda personal por conocer nuevos horizontes.

En este país, donde enseñó su idioma en distintas empresas y en el prestigioso Instituto Goethe, conoció a quien se transformó en su marido.

Tras estudiar en Berlín, Luca había decidido partir a América del Sur en búsqueda de aventura. “Buenos Aires me pareció una ciudad –en ese momento– segura, linda, y empecé a trabajar como profesora de alemán”, recuerda. 

Tras encontrar el amor en esta parte del mundo, optó, junto a su pareja, por continuar con su vida en territorio germano, así que viajaron hacia el viejo continente.

Allí tuvieron dos hijos.

A la vez, a partir de los viajes que luego hicieron a la Argentina, debido al nexo de la mitad masculina del matrimonio con estas tierras, Bariloche se presentó como un lugar de refugio.

Así, gran parte del tiempo, desde hace diez años, la pasan acá.

En medio, uno de los hijos, a los diecinueve años, se cayó del techo en la casa familiar, en Alemania, lo que derivó en un período de gran incertidumbre.

“Como familia, tuvimos una experiencia dramática. Uno de mis hijos estuvo cuatro semanas en coma. Lo operaron diez veces. Pasamos una crisis… Hasta los médicos hablan de milagro. En la actualidad, él está bien”, indica Luca, que califica a ese tiempo como un “período intenso”.

“Mientras él hizo su proceso de curación, yo vine a Bariloche para recuperarme”, cuenta. 

“La combinación entre lago y montaña, con la luz que hay acá, es impresionante… Más las nubes… Todo hace que las posibilidades que ofrece la ciudad sean únicas”, afirma.

En aquel momento, entonces, tras el accidente del hijo en Alemania, Luca buscó refugio en las montañas sureñas.

Ella siempre estuvo enamorada de las caminatas por la naturaleza. Junto a una amiga, por ejemplo, recorría los Alpes europeos cada año.

Así que, tras aquel hecho traumático, que produjo un quiebre en su alma, se propuso sanar viniendo al sitio que escogió para ampliar su contacto con lo natural.

Aquí, el trekking fue su modo de búsqueda de una salvación personal.

Recorrió refugios de montaña, fue a diversas estancias, e incluso viajó a Chile para visitar otras zonas.

En cada sitio, conversaba con los lugareños.

“Me cruzaba con gente que me contaba acerca de crisis que habían vivido con catástrofes naturales, como tsunamis en Chile, o la erupción del volcán Puyehue. Eso me emocionó muchísimo, porque yo ya venía con mi cuestión personal…”, recuerda.

Así, una vez encontrado su balance interior, decidió escribir un libro sobre esa experiencia. La obra se presentará el viernes en Bariloche, aunque todavía no está disponible en castellano.

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El título, en alemán, es “Die stille kommt beim gehen”, que, en español, significa “El silencio viene al caminar”.

Más allá de que se trata de una obra donde, de algún modo, se habla de una situación personal de sanación, Luca aclara que está lejos de ser un texto de autoayuda.

“Esto es literatura”, asevera, para luego añadir: “Lo escribí como una manera de contar cuál es la reacción de un ser humano frente a una crisis, ya sea una cuestión personal o una catástrofe natural. Cómo se puede vivir con eso y cómo se puede superar”.

Para ella,  “sobrevivir no alcanza”. De esa manera, casi emulando a Eladia Blázquez en su Honrar la vida, considera que es necesario dar “el paso para disfrutar la existencia”.

Hay un término en inglés denominado “nature writing” (escritura de la naturaleza), que abarca a los textos relacionados con el medioambiente que conllevan un trasfondo conservacionista. Luca considera que lo suyo va por ese lado.

En ese sentido, cita como referencia a Nan Shepherd, quien nació en 1893 y falleció en 1981. La escritora escocesa es la autora de “Living mountain”, uno de los pilares de la literatura de “nature writing”.

Luca es especialista en coaching, lo que antes realizaba para empresas de diferentes países, como una manera de conexión intercultural, y ahora lleva delante de una manera más personal, con aquellos interesados en el tema.

Tras haber hecho varias presentaciones del libro en Alemania, y una en Austria, donde se cruzó con personas que conocían Bariloche por haber viajado como profesores de esquí en los cincuenta y sesenta, y a punto de dar a conocer públicamente la obra en esta ciudad, Luca ya piensa en un próximo texto. Se imagina un viaje hacia la zona austral, quizá llegar hasta Ushuaia, para, una vez más, combinar su amor por la naturaleza con la experiencia del camino.