Península Valdés sufre la invasión de plástico en sus cientos de kilómetros de playas vírgenes, sólo habitadas por elefantes marinos y pingüinos. Los animales deben deambular entre gran cantidad de deshechos, que son escupidos por el mar.

La arena está repleta de cajones, baldes y restos de redes de pesca que se tiran desde los cientos de barcos que recorren el Océano Atlántico en busca de langostino o calamar patagónico.

El subsecretario de Conservación y Áreas Protegidas de la provincia, Sergio Paul Casin, informó que al menos el 80% de las playas de Puerto Pirámides, en la costa de la Península Valdés, están contaminadas con residuos de la industria pesquera. Esto pudo constatarse durante una recorrida de 8 kilómetros que realizaron especialistas del Ministerio de Ambiente de Nación y de la provincia de Chubut.

Al respecto, desde la organización Playas Limpias explicaron que “las autoridades solo recorrieron una pequeña porción de los cientos de kilómetros que tienen las costas de la península. Lo que vieron en Pirámides se repite en el resto de los sitios menos visitados”.

“Este problema existe hace como 30 años. Lo bueno es que ahora se visibiliza. Quizás también porque es mucho más grave que antes”, agregó Alejandro Ferro, habitante de la zona y miembro de Playas Limpias. “Es muy triste ver a los animales entre plásticos. Sólo porque el ser humano no sabe cuidar el planeta”, señaló.

El hombre también planteó una posible solución. “Fallan los controles a los barcos. Se debería controlar con cuántos cajones sale cada nave y con cuántos vuelve. Lo mismo con los baldes, las redes y otros elementos de los pesqueros. Prefectura le echa la culpa al puerto, y viceversa”, indicó.

Argentina, junto a otros 150 países, forma parte del convenio MARPOL que prohíbe a los barcos descargar basura en el mar. Las regulaciones aplican a los buques pesqueros argentinos y extranjeros dentro de las 200 millas náuticas.