UNA IMAGEN QUE DEJARÁ DE VERSE EN EL FUTURO

| 06/09/2022

La verdadera historia de los San Bernardo en Bariloche

Los primeros animales en participar de una actividad comercial en la zona fueron un monito y un huemul pintado a mano.

La verdadera historia de los San Bernardo en Bariloche

Por Claudio Andrade

Cuentan los vecinos de Bariloche que el primer animal que apareció por el Centro Cívico de la ciudad fue un mono. Sí, un monito.

Nadie recuerda el nombre del propietario, pero si es un hecho que hubieron quejas generalizadas por las penurias que debía soportar el animal en pleno invierno. Su trabajo no era otro que prestarse a las fotografías de los turistas. Hablamos de la década del 60.

Después arribó un huemul de cartón pintado al que un jauría de perros le robó la cola. Al menos es lo que cuenta otra leyenda urbana de la ciudad.

Un huemul pintado al que le robaron la cola

No falta quien asegura que, en realidad, se trataba de un huemul vivo, algo que no sólo habría sido extraño sino que rayano con la ilegalidad. Pero el huemul pintado estuvo. No hay duda. Los perros San Bernardo llegaron muchos años después, en los 80.

Una vecina de apellido Villalba, dueña de un comercio en el centro de Bariloche, tenía un San Bernardo que vagaba solo y alegre por la zona del Centro Cívico, hasta que alguien con iniciativa calculó que esos paseos perrunos podía capitalizarse de algún modo.

El de la vecina Villalba habría sido el primer San Bernardo en posar junto a los turistas para una fotografía. De sus actuaciones no hay más registros testimoniales.

No obstante, fue él fotógrafo Ernesto Martínez el primero en traer un perro San Bernardo desde Mendoza con propósitos comerciales. Martínez tenía la cámara y solo le faltaba el can.

En esta historia hay varios “primeros” tal como se ve.

En el imaginario colectivo, entre Bariloche y los Alpes Suizos hay bastante menos que los 12 mil kilómetros que los que distancian a la Argentina de Suiza. Después de todo, Bariloche había sido poblada por suizos, alemanes y algunos holandeses que llegaron en el marco de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. El San Bernardo parecía un símbolo apropiado de este desembarco cultural.

Al perro de Martínez siguieron muchos otros animales a lo largo de los últimos 40 años. Pero todos los fotógrafos consultados entienden que la Epoca de Oro fue desde mediados a los 80 a mediados de los 90 cuando un profesional y su perro podían llegar a hacer 300 fotografías por jornada. Un buen dinero.

La lista de pioneros en el rubro es extensa: José Caralota, Ricardo Chiesa, Julio Nigro, Victoria Guzman, “Carlitos” y “Pipi”, entre muchos otros que formaron binomios históricos en el Centro Cívico, el Circuito Chico y el Cerro Catedral.

Sin embargo, la polémica siempre estuvo atada a la actividad. Ya desde los años brumosos del monito, no pocos vecinos se opusieron a la presencia comercial de animales en Bariloche.

Final de una época: no más permisos municipales

En 2019 finalmente el Concejo Deliberante le dio un corte a la situación y anticipó los días finales del rubro. Mediante una ordenanza los ediles establecieron que no se otorgarán nuevos permisos municipales a propietarios de perros para realizar fotografías comerciales. No obstante los que actualmente tenga sus papeles en reglan podrán continuar en el oficio hasta que sus animales fallezcan o decidan simplemente dejarlo. Los perros que los turistas observan en la actualidad en cada temporada invernal son también los últimos en servir de modelos en las fotos.

“Nosotros no estamos en contra del ejercicio profesional del fotógrafo, sino en contra del uso de los perros. Los animales no nos pertenecen, no podemos hacer cualquier cosa con ellos. Por otro lado, algunas de estas personas ocupan un espacio público que es para los turistas. Se han visto peleas entre fotógrafos y turistas que querían sentarse y ellos creen que los asientos del Centro Cívico son para que trabajen, lo que no es verdad”, indicó en aquel año la entonces concejal Cristina Painefil (Juntos Somos Río Negro), autora del texto de la ordenanza.

La queja multitudinaria en TikTok y una iniciativa Pet Friendly

Pero la polémica se revitalizó hace unos días cuando un turista, Cristian Pierri, se quejó de en TikTok por la utilización de los perros en las tradicionales fotografías. Pierri había viajado a la localidad acompañado de su familia cuando se cruzó con la típica postal de los San Bernardo.

“Hace cero grados, está lloviznando y el perro está ahí, atado. No puedo entender cómo cotizan con un perro y la gente alimenta esto (…) no se esclavicen más animales”, escribió en la red social superando los 2 millones de visualizaciones.

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