Los dos partidos nacionales mayoritarios viven procesos internos muy complejos en la provincia. Al igual que el PJ, el radicalismo rionegrino también barrió a su conducción y tomó distancia de JxC.

Las políticas de alianzas polarizan a las autoridades y afiliados de la Unión Cívica Radical de Río Negro. Tras el fallecimiento del presidente electo Yamil Direne en mayo del año pasado, María de los Ángeles Dalceggio heredó la conducción y consolidó su participación en Juntos por el Cambio.

Desde un sector mayoritario entienden que los nuevos aires y el contexto nacional ofrece nuevas oportunidades y en Río Negro la UCR quiere mayor protagonismo, con el acompañamiento central del jujeño Gerardo Morales.

Por eso, se niegan a acompañar la postulación del macrista Aníbal Tortoriello al sillón de Lapida 212, y piden mayor protagonismo.

El fin de semana, la nueva Convención suspendió por 90 días a Dalceggio e inició un proceso que procura un acuerdo con Juntos Somos Río Negro. La decisión abre la puerta a una lista colectora o un frente con el partido rionegrino a partir del nuevo triunvirato que estará a cargo de la fuerza que condujo el distrito por casi 30 años. Ahora, otra reunión de la Convención antes de fin de año definirá el camino electoral.

“La sanción no se basa exclusivamente en la cuestión política, por falta de legitimidad, representación y desoír el mandato de la Convención en términos de su firma en nombre de la UCR en JxC; sino en graves irregularidades legales y administrativas, que pusieron al partido al borde de un embargo de sus bienes y de una eventual intervención de la Justicia Electoral”, le aseguró a Letra P el titular de la convención, Marcelo Cascón.

El nuevo organigrama radical puede atentar contra la unidad de JxC. A la espera de una salida que no genere un quiebre definitivo, los socios observan con atención el recambio en la UCR. La reunión antes de diciembre definirá su suerte.