Hasta hace unos pocos días, los padres Manuel Benítez, el refugiero que falleció a fines de abril intentando llegar a su trabajo en la montaña en medio de una tormenta de nieve, se encontraban preocupados.

Cabe recordar que el joven de veintinueve años cumplía labores en el refugio Frey, sitio del que, en ese momento, Federico Pajarín tenía la concesión.

El fiscal Gerardo Miranda había quedado en comunicarse y no lo había hecho.

Así, con el temor a que la muerte de su hijo quede en el olvido, Ximena y Juan –así se llaman los papás de Manuel– pidieron una cita y la semana pasada pudieron mantener un encuentro con el fiscal.

“Nos sorprendió mucho, porque está avanzando”, aseveró Juan.

En ese sentido, señaló que Miranda les explicó que no los había convocado antes porque, debido a ciertas demoras en relación a la obtención de datos, vinculadas a la feria judicial invernal, no quería causar falsas expectativas en cuanto a los tiempos donde habría novedades.

Igualmente, según apreció Juan, Miranda les contó que se había incautado el celular de Federico Pajarín.

“Lo habían citado y no se presentó, así que se hizo un allanamiento en su domicilio, el 1° de julio”, indicó el papá del refugiero fallecido.

“Entregó el teléfono a la policía, sin problemas”, dijo Juan que les contó el fiscal.

Igualmente, a la familia de Manuel le preocupaba que, habiendo pasado el tiempo que transcurrió desde el fallecimiento, aún figurara la información de aquellos días de abril, ya que, precisamente, la intención es recabar detalles acerca de esos momentos, saber cómo fueron las comunicaciones, por qué no se inició antes el protocolo de búsqueda y demás.

“Tuvo más que tiempo parar borrar todo indicio de conversación y de mensajes”, apuntó Juan.

Pero el fiscal los tranquilizó. “Explicó que en Viedma se encargan de eso, se meten en las memorias de los celulares y extraen todo, por más que lo hayan eliminado”, expuso el papá de Manu.

“Ahí está la prueba de que ‘Puppi’ Zanetti, cuando bajó, a las siete de la tarde, lo llamó para decirle que no se había cruzado con Manu”, afirmó el hombre, y la referencia, claro, no es al exfutbolista argentino, sino a un refugiero al que, por su apellido, llaman con el apodo de quien desempeñó gran parte de su carrera en el Inter de Milán.

Ese joven había iniciado el descenso a las 14, y llegó abajo a las 19, cuando, justamente, según indicó Juan, se comunicó con Pajarín para avisarle que no se había cruzado con Manu.

Tras una parte del trayecto de bajada, explicó el papá de Manuel, llega un momento en que está la posibilidad de tomar hacia el lado de Villa Los Coihues o de optar por el sector de Catedral; mientras Zanetti descendía por el primero, Manuel había tomado el otro sendero para subir.

De acuerdo a Juan, a las 21 el joven volvió a comunicarse con Pajarín, para que, como no había noticias de Manu, se activara el protocolo de búsqueda. “Si no contesta la radio, algo tiene que haber pasado, capaz que no llegó”, deslizó Zanetti.

Según las palabras de Juan, Pajarín le habría contestado: “Lo que pasa es que Manu no entiende mucho de la radio, por eso no se comunicó. Debe haber llegado cansado y ahora estará durmiendo”.

Así, el papá de Manuel opinó: “La responsabilidad de Pajarín es por haber abandonado a mi hijo a su suerte”.

“Él podría haber evitado esa muerte si hubiera activado el protocolo a las nueve de la noche y Parques se hubiera movido con el Club Andino, así, quizá, a las once o doce de la noche lo hubieran encontrado… con vida”, sostuvo.

Cabe recordar que la búsqueda recién se decidió a la noche siguiente, y se implementó por la madrugada, para hallar el cuerpo pasado al mediodía, a cien metros del refugio. 

“Se supone que su deceso puede haberse producido el primer día -26 de abril– entre las 23 y la una de la madrugada”, afirmó Juan, dando a entender que, si la búsqueda se hubiera iniciado esa noche, quizá Manu seguiría vivo.

El hombre explicó que el fiscal les indicó que aproximadamente a fines de septiembre estarían los resultados de las pesquisas sobre el celular de Pajarín.