El martes se dieron a conocer nuevos datos del crimen de Karen Ríos, la joven de 20 años que fue asesinada en su casa por su excuñado, en la ciudad de Rivadavia, Mendoza.

Los primeros resultados de la autopsia indicaron que la víctima murió debido una herida punzo cortante a la altura del pecho. Es decir, Hugo Sosa (su excuñado y principal sospechoso) la habría asesinado de una puñalada.

Además, se encontraron pelos en una de sus manos. Esto les hace pensar a los investigadores que Karen se defendió y luchó contra su agresor. Los cabellos serán sometidos a estudios genéticos para ser cotejados con el ADN de Sosa, quien se encuentra detenido.

También está acusado de atacar a otras tres personas en el mismo hecho. Se trata de su exsuegra, quien continúa internada en terapia intensiva; otra de sus excuñadas; y el novio de Ríos.

El fiscal de la causa, Mariano Carabajal, imputó al hombre por “homicidio agravado por alevosía y por transversalidad y tentativa de homicidio” por el femicidio de Karen, y por “tentativa de homicidio agravado”, por las lesiones a los demás individuos.

Para la ley, el homicidio transversal se da cuando el victimario busca terminar con la vida de alguien con el objetivo de generar sufrimiento y dolor en la persona con la que mantiene o mantuvo una relación de pareja.

La fiscalía agregó la figura “transversal”, ya que la hipótesis apunta a que cuando Sosa no encontró a su expareja en la vivienda, se ensañó con sus excuñadas y exsuegra para causarle un daño irreparable.