Se celebra hoy (2 de agosto) el Día del Trabajador Gastronómico. Por tal motivo se llevará a cabo un acto en el Hotel Edelweiss para hacer homenajes y reconocimientos. Ricardo Villegas ingresó en la actividad en el año 1977 en el Hotel Sol, como peón de cocina, pasando luego al sector fiambrería. Ese fue su comienzo en la actividad y ya no abandonó nunca su profesión. Trabajó hasta el 21 de junio último en el Hotel Huemul de donde se acaba de retirar. “Son muchos años y lo estoy disfrutando, muchos años de platos, ollas y cocina” indicó. 

El trabajador contó que “en un principio no tenía ni idea de la profesión, ya en sector fiambrería fui a ayudar a armar todo lo que eran las bandejas para acercar a la mesa de buffet. Siempre me gustó el salón, veía a los mozos que llegaban a la cocina y allí cantaban sus pedidos, ‘marchame un bife de chorizo’, siempre me gustó y me decía en algún momento tengo que estar ahí”.

A través del programa “Agenda” que se emite por El Cordillerano radio (93.7) que conducen Antonio Zidar y Daniela Lucero, relató que “en 1978 me tocó la colimba en la Fuerza Aérea en Comodoro Rivadavia, ahí lo conocí al famoso Videla, estuve allí hasta 1979. En toda la década de la represión trabajé en gastronomía, Bariloche era una ciudad prácticamente sitiada por los militares, pero yo salía a las 12 o 1 de la madrugada del hotel, me manejaba por Moreno que era doble fila, calle Onelli, siempre caminando, nunca tuve problemas con los militares, estaba Gendarmería, el Ejército por las calles, yo iba y venía y nunca tuve problemas”. 

Ricardo vivía en 25 de Mayo y Rivadavia, “siempre caminando, en la época de invierno era con la nieve a la rodilla, no era fácil. Iba pateando por Onelli con botas de goma y al otro día de vuelta hacia casa y luego a trabajar”. 

En 1980 desarrolló sus servicios en la cantina de Don Santiago como comís de salón, en los años 1981 trabajó en Le chalet ubicado en la calle 20 de Febrero, “un restaurante de mucha categoría, tres copas, doble cubierto, se recibía al comensal en la puerta y se lo acompañaba hasta su mesa, se le sacaba el abrigo y se lo llevaba al guarda ropa, le corríamos la silla a las mujeres, al comensal también, lo ubicabas y siempre se le acercaba una copita de jerez u oporto o media copita de champán para abrir la cena o el almuerzo” y agregó que “se servía queso fundido (raclette), que se presentaba frente al cliente, se hacía mucha fondue de queso o de chocolate, la bourguignonne, se lo cocinaba en la mesa con un calentador de alcohol, con la ollita de bronce. Se trabajaba con el maitre, el comís, se usaba una escobita pequeña para limpiar la mesa y luego recién se ofrecía el postre o el café, ahí el comensal se sentaba una hora, una hora y media, hoy es todo más rápido”. 

En Le chalet se hizo la famosa novela Una voz en el teléfono, con Raúl Taibo y Carolina Papaleo, “allí tuve la oportunidad de conocerlos y atenderlos. En la Fiesta del pullover me tocó atender a modelos como Graciela Alfano, Nicole Neumann, Ingrid Grudke, todas las modelos y actrices a las que asistimos con café o con lo que necesitaban”. 

Ya en 1982 comenzó a trabajar en la confitería giratoria del Cerro Otto de mozo, durante 12 años, viendo así pasar diferentes concesionarios, “con don Boris Furman, estuve en tres etapas. Se atendía a más de 1.000 personas por día, era una locura. También pasé por esa etapa. La gastronomía ha sido un pilar muy importante en mi vida, al día de hoy sigo dentro de la profesión y siempre hicimos amigos, incluso mi hija también está de moza en la empresa Travel”.

Por el añon1993 trabajó en el hotel Panamericano, incluso vivió un reclamo de 52 días que se llevó a cabo en ese establecimiento, por la falta de personal, salarios, etcétera.

De ahí en adelante se desempeñó como mozo eventual en el Hotel Llao Llao, por más de 20 años, desde 2017 hasta el 2022 cumplió función como mozo en el hotel Huemul, y delegado sindical. “La cumbre de 1995 fue algo impresionante, toda una movilización de gente muy importante, fue impresionante, helicópteros que llegaban y salían, fue increíble”. 

Ricardo Villegas, quien en la actualidad se dedica a realizar eventos, está casado con Viviana Pena y es padre de Daiana Milagros.