El Ministerio de Salud de la Nación confirmó un caso de sarampión en Argentina. Se trata de una niña de 2 años, residente en el partido de Vicente López, de la provincia de Buenos Aires, que ha mantenido contacto con un familiar que regresó recientemente de un viaje por Europa y África.

El doctor Víctor Parodi, jefe del DAPA (Departamento de Actividades Programadas para el Área) del hospital de Bariloche refirió: “Antes de la pandemia existieron contagios en dos países, que tuvieron el 95 % de casos que se dieron en la región. Eso tuvo que ver porque bajaron fuertemente la vacunación, que son Brasil y Venezuela, región de las Américas que son más o menos 35 países”.

El médico informó: “Argentina todavía tiene el estatus libre de sarampión, lo que se registra ahora es un caso puntual, pero con familias que han venido de zonas que se podría decir que son zonas rojas por sarampión. El alerta en Brasil estuvo, la pandemia tapó ciertos aspectos, pero el alerta ya estaba hace tiempo. Entonces debemos ir completando el esquema habitual de vacunación. La vacuna del sarampión no solamente es para esa enfermedad, también previene paperas y rubéola. Es una triple viral, que implica sostenernos ante una enfermedad que es inmuno-prevenible como el sarampión y reducir de esta manera los riesgos potenciales que puede ofrecer”. 

A través del programa Agenda que se emite por El Cordillerano Radio (93.7) que conducen Antonio Zidar y Daniela Lucero, sostuvo Parodi: “Me atrevería a decir que gran parte de los médicos jóvenes probablemente no hayan visto un sarampión desde que egresaron de la facultad. Recuerdo que en 1997/1998 debo haber visto los últimos casos de sarampión y eso tiene que ver con la vacunación. El objetivo de esa vacunación es prevenir el sarampión, las paperas y la rubéola. Esta última enfermedad es importante prevenirla en las mujeres fértiles, que van a tener sus hijos y las que ya los tuvieron seguramente le hicieron los análisis correspondientes para saber si tienen anticuerpos para dicha enfermedad”. 

Asimismo, consideró: “El objetivo allí es reducir el síndrome de rubéola congénita, que se manifiesta en los chicos en los primeros meses luego del nacimiento. Abarca un complejo de síntomas como cataratas, problemas en la visión, sordera, trastornos neurológicos en la parte visual, en el oído y trastornos cardíacos” y agregó que “hay un claro objetivo de prevención en la vacunación, hoy se hace hincapié en el sarampión porque es el alerta que tenemos, pero también sabemos que hay lugares en el mundo donde se manifiesta la polio, allí Argentina ya hace varias décadas, tiene amplitud de vacunación y en esa enfermedad no se han registrados casos en nuestro país”. 

Sin embargo, consideró un inconveniente: “Esto de la globalización, con la circulación de gente que viene desde distintas partes del mundo, y recordemos que las alertas hace que la gente trate de extremar las medidas con las herramientas que hoy tenemos para no llegar a situaciones complejas. Por eso las vacunas hoy están en el calendario obligatorio”.

También resumió que “las alertas por Covid se dieron antes que lleguen a la Argentina, ya circulaba información sobre lo que estaba ocurriendo en China antes que ingrese a nuestro país, se debe estar atentos a las alertas porque así empiezan las pandemias”. 

Las vacunaciones a nivel nacional “se planifican a partir de setiembre/octubre, allí se comienza con un esquema de fuerte de vacunación, la campaña prevé la triple viral y polio. Hoy tenemos la disponibilidad para poder hacerlo. Recomendamos: ‘no quedamos atados a una campaña’, la campaña es focalizar en un tiempo lo que no hemos realizado durante un año, dos años o tres años, ese es el objetivo de las campañas. Como cuando se hacen campañas de visibilización de diabetes, de Papanicolaou para detección de cáncer de cuello, presión arterial, análisis de sangre o de material fecal para detección precoz o el estudio precoz para cáncer de colon o recto. Son todas campañas. Hoy tenemos disponibilidad de vacunas para no esperar acudir a vacunarse cuando existan esas campañas y complicamos cuando se desarrollan esos esquemas”. 

El grupo de vacunación fuerte según el calendario “son los chicos menores de 6 meses a 11 años, en lo que se llama dosis 0, ahí empieza. Luego están los chicos de segunda dosis a partir de los 12 años que tienen que tener una dosis por el calendario, entre los 13 y los 14 deben tener acreditadas las dos dosis y todos los mayores de 5, adolescentes, adultos, jóvenes, deben tener sus dos dosis de vacunas de sarampión, la triple viral y los más chicos la de polio”, señaló. 

Según el facultativo: “La gente que nació antes de 1965 se considera que ya está inmune y no deberían vacunarse, pero la vacunación, la misión que tiene, es principalmente protegerse uno y proteger al otro. Cuando uno está vacunado piensa que no se va a enfermar, pero la persona puede tener una reacción leve y puede contagiar a otro, a una persona sensible que tal vez no completó la vacunación o puede tener una enfermedad compleja como un paciente que tiene una enfermedad oncológica o algunas de esas patologías donde la inmunidad disminuye mucho. La vacunación tiene una misión en lo colectivo, donde se beneficia a los demás, no es solamente una cuestión individual”. 

Por último, Víctor Parodi dijo: “El sarampión en su gran mayoría tiene presentaciones leves, pero sabemos que pueden presentarse complicaciones severas, esas formas severas se han visto más en adultos, se complica con una neumonía. Siempre el objetivo es prevenir y que sigamos siendo una región libre de sarampión. Hay que recuperar lo que se hizo en los años fuertes de pandemia, aunque aun la pandemia no se dio de baja. Hay que vacunarse, se previene y es un factor menos que se agrega a la actual crisis social que tenemos”.