DENTRO DE INVAP

| 25/06/2022

Una visita guiada al vientre del Moby Dick tecnológico

Una visita guiada al vientre del Moby Dick tecnológico
Fotos: Matías Garay.
Fotos: Matías Garay.

INVAP está totalmente integrado a Bariloche, desde el sentimiento de los propios ciudadanos, que, a esta altura, lo consideran como algo propio, hasta, cada vez más, la visión que se tiene de la empresa en el exterior. Es decir, no cabe duda de que una gran referencia para ubicar como candidata a la ciudad para la Expo Internacional Especializada 2027 ha sido la presencia de INVAP.

Para que quede claro: los barilochenses pueden decir que viven en una localidad donde, por ejemplo, se hacen satélites, radares y se trabaja en tecnología nuclear al servicio de la salud.

Así, cada vez que la empresa abre sus puertas para mostrar ese mundo, que parece tan lejano pero que está tan a mano, es un acontecimiento.

INVAP, con la excusa de realizar un agasajo a los periodistas, permitió que se pispeara un poco el vientre de ese Moby Dick tecnológico que se levanta en la avenida Comandante Luis Piedrabuena 4950, a unos metros de la Caminera de ingreso a la ciudad.

Cabe recalcar que lo del agasajo fue cierto. La fauna periodística pudo disfrutar de café, medialunas, masas y alguna cosa dulce más, aunque también es verdad que los cronistas que llegaron desde Buenos Aires tuvieron el extra del almuerzo.

De esa manera, tras el café de bienvenida, comenzó el recorrido.

La primera parada fue en el Edificio de Integración Satelital (EISA), donde, para romper el hielo, los periodistas, con el fin de acceder a la sala "de los satélites", debieron proceder a transformarse en una especie de Teletubbies asépticos: al barbijo –al que uno ya se ha acostumbrado por la pandemia– se sumaron cofia, guardapolvo y cubre pies (cabe resaltar que el calzado ya había pasado con anterioridad por una especie de aparato cepillador).

Los camarógrafos y fotógrafos también debieron proceder a un limpiado especial de sus equipos.

Además, antes de ingresar a la sala de integración satelital había que apoyar las manos en una placa antiestática.

Dentro, estaban el subgerente del área de Negocios Espaciales, Gabriel Achtig, jefe del proyecto de SABIA-Mar, el próximo satélite que lanzará INVAP, junto al ingeniero en sistema de estructuras de ese programa, Leandro Colombano.

Y  fue el propio Colombano el que echó algo de luz sobre el porqué de los recaudos.

“Hay varios condimentos que tienen que ver con la vestimenta que usamos acá adentro. En primer lugar, el guardapolvo, las cofias y los barbijos son por un tema de control de la contaminación”, señaló.

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“¿Por qué insistimos tanto en la limpieza?”, preguntó, para enseguida él mismo contestar: “Básicamente porque el satélite tiene partes muy delicadas que son muy difíciles de limpiar”.

“El proceso básico de la limpieza es pasando paños por superficies y eso genera carga estática que puede llegar a dañar componentes que trabajan con voltaje muy bajo”, amplió.

Colombano añadió otro punto: “Segundo tema: yo tengo una pulsera que tiene un interior metálico que hace contacto con la piel, y cuando entro la conecto a las puestas a tierra del cuarto limpio, porque inclusive mi propia energía estática tiene la potencia suficiente para quemar alguno de los componentes del satélite”.

“Imaginen la precisión y los niveles de los que estamos hablando”, advirtió, y luego manifestó: “Por eso mantenemos todas estas precauciones”.

Asimismo, agregó: “También se controla la cantidad de gente en el cuarto, porque se produce un batimiento de partículas que puede llegar a ser nocivo para las piezas del satélite”.

Más allá de esos detalles sobre los cuidados en la manera de ingreso a la sala, Colombano brindó una serie de referencias sobre el SABIA-Mar, que está previsto que se lance en 2024 y permitirá, a partir de una observación del océano, realizar distintos estudios, incluso en temáticas relacionadas con el cambio climático.

Tras dejar afuera los guardapolvos, cofias y cubre pies, los cronistas fueron llevados al Edificio de Integración Convencional (EICO), donde la subgerenta del área de Gobierno, Micaela Rodrigo, habló de cuestiones relacionadas a creaciones vinculadas a la defensa, seguridad y ambiente, con el eje en el trabajo de radares.

De allí, se pasó al auditorio, donde hubo diferentes oradores que disertaron sobre diversos proyectos.

El cierre estuvo a cargo del gerente general y CEO de la empresa,  Vicente Campenni, quien agradeció la presencia de los periodistas y sostuvo: “La divulgación de todo esto es muy importante. No solo por lo que hacemos en sí mismo, sino por todo el proceso que conlleva a contribuir a tener políticas públicas, de un Estado, que perduren y evolucionen”.

Igualmente, aclaró: “A veces tenemos que pedir disculpas, porque, como empresa que somos, no podemos decir todas las cosas que estamos haciendo, ya que necesitamos poder competir, y eso nos pone limitaciones”.

Detalló que, en ocasiones, el silencio sobre alguna temática responde a que corresponde a algún organismo del Estado “gestionar lo que se dice”, y, en lo que hace a lo internacional, expuso: “Tenemos un fuerte lobby de otras empresas, entonces no podemos revelar información que puede ser usada comercialmente en nuestra contra”.

Cuando todo culminó, los cronistas locales salieron del vientre del Moby Dick tecnológico y volvieron a sus vidas de siempre…

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