Son las 18 del lunes 20 de junio, y hace una semana, a esta hora, se desarrolló -de manera inconclusa- la audiencia pública no vinculante por el aumento del boleto del Transporte Urbano de Pasajeros (TUP); en catorce días, en el mismo horario, está pautado que, por fin (la anterior fue la segunda suspensión), se concrete... Pero, a esta altura, nadie está seguro de nada. Es por eso que surge la pregunta: ¿qué pasará el 4 de julio?

Cabe recordar que, en realidad, la audiencia estaba prevista que se realizara el 17 de mayo, cuando no se llevó a cabo por, justamente, un paro de transporte.

Como nueva fecha se había anunciado el 13 de junio, pero, en esa ocasión, varios factores se conjugaron para un nuevo parate.

Por un lado, se debe reconocer que, antes de iniciarse, el clima ya estaba “caliente”.

La Sala de Prensa del municipio, escogida para la cita, se encontraba repleta, y aquellos que habían ido a acompañar a la mayoría de los veintipico de oradores anotados conformaban una cortina que buscaba bloquear la intención de la empresa a cargo del TUP de aumentar el boleto, lo que se podía traslucir en la gran cantidad de carteles con inscripciones en contra, donde, si bien había algunos partidarios (por ejemplo, uno de la Juventud Peronista), la mayoría refería a expresiones de vecinos “comunes”, usuarios de colectivo que se verían damnificados por el incremento del pasaje.

Más allá de ese panorama, lo cierto es que la falta de transmisión en vivo y las ausencias de funcionarios de “peso” aumentaron la tensión.

El cuestionamiento obvio refería a que el intendente, Gustavo Gennuso, no se encontraba en la sala, pero lo cierto es que el jefe comunal no suele acudir a ese tipo de reuniones. Eso no quitaba que, al tratarse de una reunión convocada por el Ejecutivo municipal, llamara la atención que no hubiera referentes del gobierno. Porque solo se encontraba quien actuaba como presidente de la audiencia, el coordinador de Movilidad Urbana, Juan Del Valle, acompañado por la representante de la Asesoría Legal y Técnica del municipio, Karina Chueri. Los presentes, mayormente, los consideraban “figuras menores” dentro del mapa político.

Así, más allá de la figura del intendente, sobre todo se apuntó a la ausencia de la vicejefa de Gabinete y presidenta de la Comisión de Seguimiento del TUP, Marcela Abdala.

Por otra parte, a nadie pasó desapercibido que no concurrieran concejales de Juntos Somos Río Negro.

Los únicos ediles presentes eran Roxana Ferreyra y Marcelo Casas (del Frente de Todos), y Gerardo Del Río (Partido Unión y Libertad).

Pocos días antes, por ejemplo, se había desarrollado una audiencia relacionada con el futuro del Vertedero Municipal donde se apreció a una gran cantidad de funcionarios.

Esa vez, habían estado el jefe y la vicejefa de Gabinete, Marcos Barberis y Abdala, además de concejales y otros referentes.

Por ejemplo, uno de quienes asistieron a ese encuentro vinculado al Centro de Residuos Urbanos fue el secretario de Fiscalización municipal, Claudio Otano, a quien ahora se designó como presidente de la audiencia por el aumento del boleto del 4 de julio.

En lo que hace al intento de realización de hace una semana, quienes asistieron coinciden en describir que, ante el descontento reinante, era evidente que aquello no iba a concluir de buen modo.

Solo el gerente administrativo de Mi Bus, Juan Pablo Follonier, consiguió realizar una exposición que fue parcial, ya que, debido a las interrupciones continuas, pronto se notó que el representante de la empresa no lograría terminar su presentación.

Sin embargo, en medio de ese panorama caótico, fue evidente que las dos únicas caras visibles del Ejecutivo, Del Valle y Chueri, tenían el mandato de continuar más allá de la sensación anárquica que reinaba en el lugar.
Pero el descontento alcanzó tal grado que, finalmente, Del Valle, casi tres horas después de que se inició ese intento de audiencia, procedió a la suspensión.

Aquellos que desde hace rato levantan sus voces por lo que sucede con el TUP consideraron aquello como que se le había ganado una pulseada al gobierno.

Lo cierto es que, dos días después, el Ejecutivo confirmó una nueva fecha para la tan demorada audiencia, pero el día escogido, para muchos, cayó como un baldazo de agua fría: 4 de julio, nuevamente a las 18, pero esta vez en el Gimnasio Municipal N° 3.

El problema es que el Concejo Deliberante tiene prevista, para la misma jornada, apenas una hora antes, una audiencia por la concesión del cerro Campanario.

Así, a siete días del encuentro fallido, y a catorce de la nueva cita, sobran interrogantes (¿habrá alguna modificación en el día, para que no haya suspicacias?, ¿concurrirán referentes de relieve del Ejecutivo?, ¿se transmitirá en vivo?, ¿qué tan “efusiva” estará la gente que irá a presenciar la reunión?), y las certezas brillan por su ausencia.