La concejala Roxana Ferreyra estuvo presente en la audiencia pública que se desarrolló el lunes en la Sala de Prensa del Municipio, con el tema convocante del valor del boleto en el transporte urbano de pasajeros (TUP).

Cabe remarcar que, en total, solo hubo tres ediles: además de ella, se encontraban Marcelo Casas y Gerardo del Río. 

“La percepción que tuve fue de poca empatía hacia los ciudadanos y ciudadanas de San Carlos de Bariloche, y, sobre todo, con aquellos que se habían inscripto para exponer durante la audiencia pública, que dejaron sus tareas diarias, se tomaron el trabajo de inscribirse, de prepararse e ir a un lugar donde encontramos una muy mala organización”, apreció Ferreyra.

La integrante del Concejo Deliberante se refirió a inconvenientes que, incluso, se pudieron observar en el palacio comunal desde el aspecto de las comodidades (o, en realidad, de la falta de ellas): “En un lugar muy chico, con mucha gente, las ventanas no estaban abiertas, y el baño se encontraba cerrado con llave…”.

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Durante el intento de concreción de la audiencia, justamente, se pudo ver a la concejala yendo hacia un costado para abrir un ventanal, ya que, ante la cantidad de asistentes, que se encontraban bastante apretujados, sin poder sentarse –porque las sillas alcanzaban sólo para unos pocos–, el aire estaba cada vez más “pesado”.

“Al otro día, desde el Municipio salieron a hablar de ‘disturbios’. Creo que había un descontento que se profundizaba al pasar el tiempo, porque las personas estaban esperando que llegaran los funcionarios que no vinieron”, expuso.

También habló de “la falta decisión política por parte de las dos personas que estaban en nombre del Ejecutivo”, en referencia al coordinador de Movilidad Urbana, Juan del Valle, y la representante de la Asesoría Legal y Técnica del Municipio, Karina Chueri.

“Eso fue lo que hizo subir la ‘temperatura’, y todo terminó como lo hizo. Pero no creo que podamos hablar de 'disturbio'. Sí había malestar y enojo en los vecinos, que no querían seguir con la audiencia”, sostuvo.

Por otra parte, la concejala resaltó la falta de transmisión en vivo: “En los últimos años, las audiencias públicas se pasaron por el canal del Municipio en YouTube”, dijo. Ante lo expuesto el lunes por los representantes del Ejecutivo, acerca de que la ordenanza reguladora de las audiencias públicas no prevé la obligación de hacerlo, la edil indicó que eso se debe a que la norma es previa a la costumbre que se incorporó socialmente en el último tiempo.

“Me parece un derecho adquirido por el pueblo”, afirmó.

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“Ese es un tema que hay que resaltar: ¿por qué algunas audiencias se transmiten y otras no? Por ejemplo: en la audiencia pública del vertedero, en el Concejo, por una licitación con un privado para que explote el tratamiento de los residuos, estaba el Gabinete: el jefe y la vicejefa (Marcos Barberis y Marcela Abdala), varios funcionarios… Y todos cómodos, con agua para los oradores… El lunes, en cambio, no había ni un vaso de agua. Para mí, ese no es un detalle menor”, concluyó.