El 18 de mayo de 2011 quedará grabado de por vida para los familiares de las 22 víctimas del avión de Sol Líneas Aéreas que se precipitó en el paraje Prahuaniyeu, cercano en 40 kilómetros a Los Menucos.

Había partido desde el aeropuerto de Neuquén y su destino era Comodoro Rivadavia, pero a la medianoche cayó en la estepa patagónica.

Juan Carlos Ruiz, padre del joven Juan Manuel, una de las víctimas, en diálogo con El Cordillerano, habló de las dos causas judiciales que no logran que avancen.

“En un principio había dos denuncias, una que es la principal por la caída del avión y la otra por el hallazgo de un pozo que hicieron donde quemaron huesos y partes del avión que demostraban que no estaba en condiciones de volar”.

Con respecto al expediente de la primera denuncia dijo “el fiscal fue muy funcional a Moldes y éste que pisó la causa el tiempo que se le antojó porque incluso cuando estuvo cuatro años en el Concejo de la Magistratura no se movió nada”.

Agregó “presentamos escritos y para nosotros siempre había plazos perentorios, ellos se tomaron años para que transcurra el tiempo y que termine prescribiendo la causa”.

Juan Carlos habló de la segunda denuncia “el juez Moldes la archivó porque dice no haber encontrado delito, es decir que para él no es delito quemar huesos humanos”. Directamente fue cerrada la causa.

Habló del avión Saab 340 “la ruta no estaba habilitada, los pilotos no estaban capacitados, han salido con un parte climático no actualizado de Buenos Aires porque en Neuquén no había servicio meteorológico así que sacaron uno de internet”.

Dijo: “Una suma de cuestiones que demuestra a las claras que ese avión nunca pudo haber estado prestando un servicio, sin embargo para ellos la responsabilidad es del piloto”.

Juan Carlos asegura que ese expediente está mal encuadrado “en realidad corresponde al artículo 190 del Código Penal que dice que un medio en situación de riesgo que presta un servicio ya es delito”. Agregó “acá no solamente fue delito sino tragedia seguida de muerte”.

“Nosotros la peleamos hace tiempo, ya fue tres veces a la Cámara de Apelaciones y hace dos días hemos llegado por segunda vez a Casación”.

Están en una instancia que cree que de no ser la última ya les quedaría un paso más hacia la Corte “tenemos la experiencia de LAPA que prescribió la causa, fueron a la Corte y terminaron prescribiéndola de todas maneras”.

Se lamentó “estamos en manos de una terrible sociedad que son empresarios ávidos de hacer beneficios a costa de lo que fuera, incluso de vidas, funcionarios corruptos y jueces permeables a estos intereses económicos”.

Dijo “estamos peleando más allá del encuadre judicial porque sabemos que hay una verdad y es única, pero estos hijos de una gran siete las mueven todas para un beneficio particular y que todo quede en nada”.

Juan Carlos afirmó “sé que hay responsables y que les quepa lo que les tenga que caber y que se cambie lo que sea necesario para que no vuelva a suceder”.

Comentó “hoy estamos en manos de inescrupulosos, Dios nos ha dado lo más valioso que tenemos que es nuestra vida y lamentablemente muchas veces queda en manos de esta gente que nos adelanta el destino”.

Juan Manuel

Juan Manuel Ruiz tenía 29 años cuando tomó ese avión que no llegó a destino. “Era un intelectual, se había formado para ser una persona de éxito, lo habían nombrado gerente interino de relaciones de Trabajo en una empresa petrolera y era su primer viaje en ese cargo”.

Juan Carlos lleva 11 años golpeando puertas que no se abren “incluso viendo tremenda animosidad, por ejemplo Moldes me dijo que todas las presentaciones que haga en el Juzgado de Bariloche debían ser personales, por escrito y con doble firma”.

Si no, no le recibía nada, “yo viviendo en Centenario tuve que hacer siempre los 400 kilómetros para presentarlos, incluso una vez estaba trabajando en la cordillera en el Oeste de Neuquén, me tuve que ir con tormenta de nieve hasta Bariloche para tomar nota del expediente, pasársela por mail al abogado para que fuera adelantando la documentación y volver para llegar a tiempo de la presentación”.

Cada año. Juan Carlos va hasta la zona de la tragedia. Ayer tuvieron una misa en el lugar donde cayó el avión.

Luego del accidente los familiares tuvieron dos entregas de los restos de sus seres queridos “una primera con la recolección luego de la caída del avión y a los dos meses aproximadamente, los otros que estaban en esos pozos donde habían sido quemados”.

Juan Manuel habría querido que su tumba estuviera en Centenario pero por falta de espacio en ese momento, finalmente quedó en Plottier.

Juan Carlos hace un tiempo donó a la iglesia de Los Menucos una pila bautismal y por medio de un artesano en piedra local hoy estaban viendo la manera de modificarla para que sea similar al altar. “Tengo una terrible gratitud con el pueblo de Los Menucos y su gente” finalizó diciendo.