19/05/2022

Era una chica trans y decidió volver a ser varón: cómo es la "destransición"

Era una chica trans y decidió volver a ser varón: cómo es la "destransición"

Emiliano es de Mar del Plata, pero actualmente vive en la Ciudad de Buenos Aires. En una entrevista a Infobae repasó su vida, desde que era varón, su transición para llegar a ser Milena, y los motivos que lo llevaron a comenzar la “destransición” para volver a ser él.

SU ADOLESCENCIA

“Un chico de la escuela me contó lo que era ser bisexual así que a los 14 me declaré bisexual ante mi familia. Fue un quilombo, una revolución, yo era la primera persona homosexual en la familia. Después, casi a los 17, directamente dije ‘basta’. Ya está, ya lo intenté, no me gustan las chicas, yo soy gay”.

Tenía 15 años cuando aprovechó una fiesta de disfraces para probar: se vistió “de travesti”, lo que en ese entonces consideró “un disfraz”.

“Milena empezó siendo un personaje, pero enseguida encontré un empoderamiento que no había sentido nunca antes. Me sentía fuerte, poderosa, yo no me quería tanto como varón pero cuando me transformaba en Milena me amaba”, cuenta él a Infobae.

“Llegó un momento en el que ya no quería volver y sacarme todo. Cuando terminaba la noche yo quería seguir con mi pelo largo, mi corpiño, mi bombacha, quería seguir siendo esa mujer fuerte”.

LA TRANSICIÓN

Emiliano todavía vivía en Mar del Plata la mañana en que juntó toda su ropa de varón y armó una pila sobre el sillón.

“Se suponía que era ropa para regalar porque ya no la usaba, no porque era de varón, pero ese día mi mamá me despertó y me preguntó: ‘¿Qué hacés que vas a dar toda esta ropa? ¿Vas a empezar a salir vestido de mujer o qué?’”. Emiliano le contestó “no sé”; su mamá le dijo: “No me digas ‘no sé’. Me estás cortando el brazo con un cuchillo sin filo”.

Esa noche de Año Nuevo de 2016 Emiliano dejó de llamarse Emiliano y pasó a llamarse Milena. Le dijo al resto que era una chica trans y pidió que empezaran a tratarla con pronombres femeninos.

Tenía 21 años cuando Milena se mudó a la Ciudad de Buenos Aires y entró a un quirófano por primera vez. Salió con implantes mamarios y los labios rellenos con ácido hialurónico. Para entonces ya tenía extensiones en el pelo.

Fueron casi cinco años en los que Milena fue Milena, hasta que empezó a poner en palabras todo lo que la estaba incomodando.

Por un lado, todo el esfuerzo que tenía que hacer para que el espejo le devolviera una imagen femenina. Se había puesto muchas inyecciones de ácido hialurónico para tener labios carnosos, “porque nunca parecía suficiente”. De repente, lo que había hecho le parecía demasiado.

Algo de eso contó en un video que subió a sus redes en junio de 2020, plena pandemia, al que tituló “confesión”. “A los 22 años empecé a extrañar eso de ser un chico. Extraño tirarme de cabeza al mar y que no se me salga una teta para acá, se me salga un huevo para allá, todos los pelos en la cara, ahogada. Ser trans es complicado”, dijo a cámara.

Todavía era Milena, porque en el video está desnuda y cubierta con una bata fucsia, los labios pintados, el pelo largo y rosado.

LA DESTRANSICIÓN

Había empezado a pensar cómo iba a ser envejecer y analizaba: “¿me voy a quedar pelada acá arriba, tipo el circulito de la pelada que tienen los hombres y voy a tener que usar peluca toda la vida?”.

No quería seguir operándose, “tampoco quería seguir estrujando mis partes íntimas. No quería tampoco sentir eso que te hacen sentir los varones cuando sos una chica trans, que te quieren acá, entre cuatro paredes, pero después con vos no quieren ir ni al kiosco. La verdad es que yo admiro a las mujeres, ni hablar a las mujeres trans. Ser varón en este mundo es mucho más fácil, yo como chico no estaba acostumbrado a ese tipo de rechazos”.

Fue en ese video que Milena contó que iba a empezar la “destransición” para volver a ser un varón, un proceso que “me costó muchas lágrimas”, cuenta ahora. “Es que Milena era mi proyecto de vida, mi sueño. Yo había alcanzado un nivel muy alto en mi transición, me sentía hermosa, pero esa hermosura tenía un costo. En la feminidad todo duele: la ropa, los tacos. Y yo venía de ser un varón en patas, en cuero y en short de fútbol”, agrega.

“Lloré mucho porque lo di todo, pero no fue suficiente: nunca me dejaban de tratar mal, nunca me dejaban de tratar como varón cuando entraba a un negocio. Fue muy frustrante darme cuenta de que, aunque me pusiera la cara de Angelina Jolie tampoco iba a alcanzar. Hay chicas trans que luchan contra eso todos los días y se la re bancan, yo me harté de esta lucha, no la soporté más”.

El relevamiento del National Center for Transgender Equality sobre la “destransición de género” indagó, de hecho, en los por qué. El estudio fue hecho en 2015 sobre casi 30.000 personas trans: un 8% contó que había destransicionado. Las tres razones más frecuentes fueron sociales: “Presión de los padres”, “el proceso de transición fue muy complicado”, “enfrentaron demasiado acoso y discriminación”.

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