FAMILIARES DE MUERTOS EN HECHOS DE VIOLENCIA

| 17/05/2022

Una marcha para un dolor que no tiene nombre

Una marcha para un dolor que no tiene nombre
Fotos: Facundo Pardo.
Fotos: Facundo Pardo.

La “Marcha del dolor” recorrió la ciudad durante el atardecer barilochense, desde Onelli y Brown hasta el Centro Cívico, donde padres y hermanos pidieron que se resolviera judicialmente la muerte de forma violenta de sus familiares, o bien que se corrigieran distintas situaciones de los procesos que se llevan adelante.  

¿Qué otro nombre se le podía haber puesto a la manifestación?

La designación es la correcta.

Quizá solo se podría añadir "sin nombre”: la “Marcha del dolor sin nombre”… 

Porque no hay denominación para los padres y madres que pierden a un hijo o hija, aunque últimamente existen sectores que impulsan el neologismo huérfilo como manera de llamar a quienes atraviesan esa tragedia, pero lo cierto es que, aunque se lo bautice de algún modo, pasar por eso no puede definirse…

¿Y qué pasa con aquellos que pierden a un hermano o hermana?

Una vez más, no existe una forma de llamarlo…

Y si esas pérdidas ocurren de manera violenta, peor aún.

Y si se siente que la Justicia no llega, o lo hace tarde y mal, ¿cómo actuar?

Por eso la gente suele salir a la calle a expresarse, porque aprecia que, si no se la busca, la verdad no se devela.

Y si ya hubo sentencia, si el o los culpables están en prisión, está el temor de que el arresto se transforme en domiciliario.

Por tal razón, una y otra vez, durante la manifestación en Bariloche, se gritó con énfasis: “No a la domiciliaria”.

Algo más de doscientas personas arribaron al Centro Cívico cuando el reloj de la plaza emblemática de la ciudad marcaba 19.15.

Carteles, remeras, fotos: elementos recordatorios se observaban en todos los presentes.

La idea germinal provino de Mariela Martínez, mamá de Lucía Loise, la chica de quince años que el 19 de febrero murió apuñalada por otra adolescente de apenas catorce…

Mariela está en la búsqueda activa de que se baje la edad de imputabilidad.

“Te prometo que voy a ir hasta el final, y así mi alma y la tuya estarán en paz”, expresó la mujer en el Centro Cívico, dirigiéndose a su hija, a la que incorpóreamente sintió cercana en ese ámbito donde el sufrimiento calaba profundo.

Se escucharon distintos tipos de reclamos por varias víctimas, como Brian Quinchagual, Santiago Arriagada, Diego Santana, Omar Inostroza y Juan Oyarzo.

Y, como ejemplo de lo que significa perseguir la búsqueda de justicia –y obtenerla–, entre las personas que acudieron a la plaza, estuvieron los padres y la abuela de Lucas Caro, el adolescente que fue atropellado por detrás mientras caminaba a la vera de la avenida Bustillo en febrero del año pasado (cabe recordar que quien conducía y huyó, dejando a la víctima sin socorrerla, fue sentenciado y se encuentra cumpliendo la pena entre las rejas).

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