El próximo 18 de mayo se llevará a cabo el censo nacional que originalmente estaba previsto para el 2020 y quedó trunco ante la pandemia de coronavirus y las restricciones de circulación.

En Bariloche, esto tendrá un importante impacto, una vez que se conozcan los resultados, ya que no solo se determinará la cantidad exacta de habitantes que hay en la actualidad, sino que en materia política, determinará la composición del Concejo Deliberante.

¿Por qué? El artículo 32 de la Carta Orgánica Municipal, en el ítem “integración” de dicho organismo legislativo, expone: “el Concejo Municipal está compuesto por un concejal cada 10 mil habitantes, con un mínimo de once miembros. Procederá al ajuste del número de concejales a elegir en el comicio inmediato siguiente, sobre la base del último censo”.

El censo poblacional nacional realizado en 2010, arrojó que 112.887 personas residían en esta ciudad. Por esta razón, la cantidad de legisladores municipales que se elige en la actualidad, es once.

Sin embargo, en 2010, la impresión general de los barilochenses es que esos 112 mil sonaban a poco y que el número real podía estar más cerca de los 140 mil.

Lo cierto es que con el nuevo censo poblacional en todo el país, se conocerá con exactitud la cantidad de personas que residen en Bariloche. Y a través de esta cifra se podrá modificar la cantidad de concejales, respetando la Carta Orgánica, que manda a que haya uno cada diez mil habitantes.

Por lo tanto, los concejales a elegir podrían ser 13, 15, 17 o 19, los que el número final determine. Y el interrogante que se abre es: ¿Necesita más ediles Bariloche? ¿Son necesarios?

De antemano, eso significará un problema operativo, porque las instalaciones del Concejo Deliberante que funciona en el Centro Cívico, hoy ya son insuficientes para la cantidad de personas que allí se desempeñan, entre ediles, secretarias/os y asesores/as. Sabido es que ese edificio no puede ser modificado por ser Patrimonio Histórico, por lo que incluso, hasta deberían mudarse a otro lugar.

Asimismo, en materia económica la ampliación de los miembros del Deliberante, implicará una nueva ecuación a la hora de presupuestar la planta política, por lo que un porcentaje mayor del presupuesto anual del municipio, irá a los sueldos de los nombramientos políticos.

El dilema radica en que la Carta Orgánica Municipal (COM) debe ser cumplida, por lo que no es materia opinable. Por lo tanto, en las elecciones municipales del año próximo, ya impactará este número mayor de concejales, salvo que se decida reformar la propia COM.

Reformarla no es sencillo y ameritaría un largo proceso. De hecho, existen dos formas de cambiar un artículo de la Carta Orgánica. Ambas requieren de, primero, la aprobación de la mayoría especial del Concejo Municipal (ocho votos). Una de ellas es la convocatoria a elecciones para elegir una convención constituyente. La otra, es la enmienda, que pueden hacerla los ediles con los votos mencionados, pero después requiere de un referendum  popular, donde más del 50% de las personas empadronadas avale la decisión de los ediles. Caso contrario, no será válido.

Todo esto parece improbable, considerando que en 2027 se debe reformar y actualizar la Carta Orgánica. Por lo tanto, o bien se acepta lo que arroje el censo y se cumple de cara al futuro; o se espera hasta dentro de cinco años, para -de considerar necesario- modificar ese artículo y volver a bajar la cantidad de concejales. El debate está abierto y seguramente, será prolongado y con mucha discusión.