La invasión de la Drosophila Suzuki (nombre científico), mosquita que ataca la fruta en planta, ¿se debe al cambio climático? Para Gerardo José de la Vega, investigador asistente de CONICET, Grupo de Ecología de Poblaciones de insectos y referente por Argentina del Grupo Técnico de la Mosca de la Fruta del COSAVE (Comité de Sanidad Vegetal), “el cambio climático básicamente lo que nos está haciendo es aumentar las temperaturas, aumentar la longitud de los días quizás o las temperaturas diarias. Y va a permitirles a muchos insectos ampliar su frontera austral”.

Es evidente que no se trata solo de una invasión a Bariloche, “sino que es algo a nivel global, que va a permitirles a muchos insectos ampliar su frontera austral, es decir, aquellos que llegaban por una condición de efecto invierno hasta alguna zona de nuestro país y continente ahora van a poder avanzar en esta frontera”.

A través del programa “Chocolate por la noticia” que se emite por El Cordillerano Radio (93.7), indicó que “más allá del cambio climático propiamente dicho también está el efecto humano, y mucho más claro del consumo, entonces ¿cómo es que un insecto desde Asia llega a las distintas partes del mundo? Allí el transporte básico de materias es lo que hace que vaya una plaga de un lugar a otro, el primer portador somos nosotros cuando traemos fruta de algún determinado lugar”.

Sobre posibles soluciones aclaró que “en lo doméstico, lo importante es hacer que a la mosca no le interesa estar en el patio ¿cómo hago eso? Trabajo la planta, la podo de alguna manera para abrirla y no generar espacios con mucha sombra, espacios con mucha sombra implica un poco más de humedad y menos temperatura. Entonces a la mosca le va a interesar, va a querer estar ahí. Después algo que es clave, apenas está la fruta es cosechar absolutamente todo, apenas esté para quitarle el espacio y el tiempo a la mosca para que siga atacando nuestra planta” y agregó que “aquellos cerezos, aquellos árboles que han quedado bastante altos, tendremos ahora que tomar la precaución de empezar a bajarlos para poder cosechar aquella fruta que queda allá arriba”.

Por último, De la Vega recomendó: “también se debe limpiar por debajo de los árboles o por debajo de los arbustos, toda aquella fruta que cayó y todo ese espacio que a la mosca le va a permitir mantenerse en este lugar. Son pequeñas prácticas que si las aplicamos, incluso a nivel barrial van a tener buen efecto, porque lo que vamos a estar haciendo es mostrándole a la mosca qué ese ambiente no es tan propicio para mantenerse”.