19/01/2022

Los rugbiers presos por el asesinato de Fernando, se quejan del calor y denuncian un contagio masivo de Covid

Los rugbiers presos por el asesinato de Fernando, se quejan del calor y denuncian un contagio masivo de Covid

Han pasado dos años del día en que Fernando Báez Sosa fue brutalmente asesinado por los rugbiers en Villa Gessell. Ninguno de los ocho imputados tendrá contacto físico con sus familiares, y realizaron varias quejas.

El juicio por el brutal asesinato de Fernando Báez Sosa, comenzará a desarrollarse el 2 de enero de 2023. Para ese entonces, la situación de los acusados no se modificará en cuanto a su detención. Permanecerán alojados en la Alcaidía N°3 de La Plata, en donde por estos días conviven bajo las mismas condiciones que en 2021.

En este sentido, desde el entorno de los jóvenes, remarcaron que el hecho de que permanezcan aislados del resto de la población carcelaria “no es un beneficio sino más bien un resguardo a su salud”.

De este modo, Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz se encuentran distribuidos en cuatro celdas contiguas con capacidad de dos cada una.

“Al igual que el resto de los detenidos reciben visitas una vez por semana, así como la recepción de mercadería, también proporcionada por sus familiares. La misma consiste en artículos personales”, especificaron oficialmente.

Asimismo, al igual que los demás presos, los rugbiers cuentan con algún momento de recreación en el patio, aunque deben permanecer cerca de 21 horas en sus celdas. “Tienen celulares y pueden comunicarse con sus seres queridos a través de ellos”, informaron.

Por otro lado, en los últimos días circuló la versión de que todo el grupo o al menos una parte había contraído el COVID-19, desencadenado por un brote del virus en la Alcaidía que despertó una incógnita: saber quiénes de los ochos estaban contagiados.

Según trascendió, “la mayoría tuvo síntomas” pero a ninguno de ellos se los hisopó, por lo que no hubo confirmación a través de testeos. “Así funciona para todos”, indicaron.

En relación a las condiciones en las que viven, expresaron una nueva queja por las altas temperaturas que acontecieron durante la semana pasada y la imposibilidad de refrescarse y combatir el calor.

“Tienen el mismo régimen que los demás internos, pero más ajustado porque el personal del servicio debe cuidar que nada les pase o les saquen fotos desde adentro”, sostuvieron desde su círculo íntimo.

 

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