¿FALTA EQUIPAMIENTO PARA EL PERSONAL DE BASE?

| 13/01/2022

El guardaparque que realiza un ataque primario raramente cuenta con los elementos necesarios para enfrentar el fuego

El guardaparque que realiza un ataque primario raramente cuenta con los elementos necesarios para enfrentar el fuego
Foto: Matías Garay.
Foto: Matías Garay.

Un presupuesto que no alcanza para comprar ropa ignífuga a todos los guardaparques, ni para contar con diversos elementos para combatir un incendio, hace que el primer enfrentamiento con el fuego sea con lo poco que pueden tener a mano. Luego, sí, los combatientes especializados arribarán con los materiales adecuados, pero el choque inicial difícilmente se haga con las mejores herramientas.

“En un parque nacional, indefectiblemente, el primero que llega a un incendio es el guardaparque de la seccional que está más cerca. Eso se llama ataque primario”, dijo al respecto el secretario adjunto interino del Sindicato de Guardaparques Nacionales de la República Argentina (SIGUNARA), Danilo Hernández Otaño.

“Él es quien dará aviso a las brigadas especializadas, e intentará contener el foco -o apagarlo, si es incipiente- con lo que tenga, que es algo muy variable, depende de qué seccional se trate”, sumó.

Explicó que “entre las dependencias de un mismo parque suelen haber diferencias, e incluso la cuestión contiene más variantes si se habla de distintos parques”.

“Puede haber una pequeña motobomba y un par de mangueras, pero también solo una pala y un machete, con lo cual el guardaparque tratará de cortar la continuidad vegetal para que el incendio no se propague, ya que no podrá hacer mucho más que eso”, expuso el referente gremial.

“El asunto es variable: en algunas seccionales se cuenta con un poco más de equipamiento, y en otras no hay nada, por lo que el guardaparque tendrá que atender el problema con herramientas manuales”, apreció.

“Con el equipamiento, en general, como con todo lo que requiere presupuesto, la sábana siempre es corta. Habiendo brigadas especializadas, la Administración de Parques Nacionales tiene la lógica de darles a ellas el equipamiento para el combate contra incendios; y lo mismo pasa con la ropa”, señaló. 

Justamente, sobre su última mención, amplió: “Para combatir un incendio hay que tener vestimenta ignífuga, con el fin de que, por ejemplo, si se cae una rama con fuego arriba de la espalda, tu ropa no se prenda fuego”.

“Esas chaquetas tienen un vencimiento. En general, como este tipo de indumentaria es cara -y escasa- se la dan a quien se dedica al combate de incendios, no al guardaparque, ya que no hay para todos”, manifestó.

“Entonces, las seccionales -en su mayoría- no tienen ropa ignífuga para que el guardaparque se ponga en caso de la eventualidad de que quizá alguna vez quede un fogón prendido en un camping o caiga un rayo… Esa es la verdad. Si existiera presupuesto suficiente, en cada dependencia tendría que haber un juego, cascos, guantes, e idealmente una pequeña motobomba; y también un vehículo, cosa que tampoco pasa: hay guardaparques que andan a pie”, contó.

Asimismo, Hernández Otaño diferenció el “ataque primario” del “inicial”, que aunque suenan parecidos, son distintos: “Después del guardaparque, llegan quienes conforman las brigadas de incendios forestales, para hacer lo que se llama el ataque inicial, que se distingue del primario y ya lo hace una cuadrilla de personal especializado”.

“Y si el incendio se les fue de las manos, se pasa a un ataque ampliado, donde ya acuden todas las cuadrillas del parque, y participan seguramente los bomberos, las brigadas de la provincia… e incluso vienen cuadrillas de otros parques, que es lo que está sucediendo ahora en el Nahuel Huapi”, expresó.

“En general, en los parques de Patagonia, como tienen brigadas contra incendios grandes, la indumentaria va para ellas. Eventualmente, los guardaparques pueden llegar a disponer de algún juego vencido”, dijo.

En ese sentido, recordó que “la ropa contra incendios tiene fecha de caducidad porque pierde sus propiedades ignífugas, y hay trajes en desuso que, en vez de tirarse, van a parar a una seccional en terreno”.

“En el norte del país es distinto, porque no hay brigadas grandes. En cada parque –con otras dimensiones de los patagónicos–, hay dos o tres combatientes de incendios forestales, entonces la mayor parte de los guardaparques posee indumentaria ignífuga, porque está planificado que así sea”.

Más allá del tema puntual de la vestimenta, en cuanto a la manera de reaccionar de la Administración de Parques en relación a los incendios, Hernández Otaño recalcó que se “acaba de sacar una normativa que regula con bastante grado de seriedad el uso de fuego”.

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“Nos parece una medida inteligente, bien pensada, que, en el marco de esta situación de emergencia ígnea y de una ola de calor -con temperaturas que hacen muy difíciles el control de un incendio-, es correcta”, apreció.

“Creemos que, al menos en ese aspecto, se trata de una buena respuesta”, añadió.

Pero aclaró: “En cuanto a indumentaria, no hemos tenido ninguna novedad”.

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