La concejala Roxana Ferreyra, cuando se le pidió una opinión sobre el Transporte Urbano de Pasajeros (TUP), fue contundente: “Por más que Gustavo Gennuso diga que todo está bien, no veo un futuro favorecedor”.

“Me parece que los próximos meses serán conflictivos, porque existen los antecedentes de que esta empresa que presta servicios en Bariloche, Mi Bus, ha rescindido su contrato en 2020, y después hubo una catarata de cartas documento con el municipio, donde se ve que la relación está tensa y las cosas no quedan claras”, expuso la edil, quien fue parte de un encuentro convocado por la Multisectorial para el Transporte, donde, en principio, se acordó realizar una conferencia de prensa el lunes próximo para exponer públicamente, sobre todo, que existieron "decisiones que no pasaron por el Concejo Deliberante".

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“Hoy se ve a los colectivos saturados de gente, porque faltan servicios, a lo que hay que sumar el tema Covid, con un montón de choferes aislados… Y, frente a esto, el intendente sale a decir que quiere que sus funcionarios viajen en colectivo… A mí, que vivo en el kilómetro veinte, me sería mucho más fácil venir en transporte público, pero en uno que funcione”, apreció Ferreyra.

De esa manera, consideró: “Tal como está la situación, en una emergencia sanitaria de la que todavía no salimos, con la ciudad colmada de turistas, la verdad es que el transporte público es una opción bastante compleja”.

“Una tiene que tener esperanza, para eso es una militante política, pero veo un futuro incierto, teniendo en cuenta especialmente que hay una empresa endeudada en quinientos millones de pesos con la carrocera, porque, evidentemente, nunca ha pagado”, sostuvo.

En tal sentido, recalcó que Mi Bus, “tuvo que entregar cuarenta y ocho de las setenta y cinco unidades y cambiarlas por modelos viejos, de 2013”, además de que “hay un contrato que habla de cien unidades, pero en Bariloche funcionaron siempre esas setenta y cinco”.

Así, expuso que “la renovación es con unidades viejas por la deuda con la carrocera; se hizo un acuerdo entre el municipio y Mi Bus que no pasó por el Concejo”, y tal cuestión implicó el arribo de esos vehículos cuando “el contrato habla de 0 kilómetros de 2016, que fue cuando desembarcó la empresa en la ciudad”.

De esa manera, remarcó la falta de información brindada por el Ejecutivo municipal. “Los concejales de la oposición nos enteramos de los últimos movimientos por el diario, y esto llevaba más de un año… En las cartas documento, el municipio exigía la garantía por el contrato de prestación, es decir que nunca estuvo depositada en el banco como debía ser”, manifestó Ferreyra.

Y recordó que, en el mientras tanto, “el Ejecutivo municipal defendía el aumento de la tarifa del transporte y justificaba los costos de la empresa”.

“Como concejales de la oposición, estamos muy limitados, y las explicaciones no llegan, o lo hacen cuando la bomba ya explotó… Es casi una tomada de pelo”, concluyó.