En los últimos días, circularon por las redes mensajes llamando a concurrir a la zona de los incendios para realizar acciones en pos de combatir el fuego.

En algunos casos, el asunto tomó un cariz combativo, en el sentido de plantear el tema con aspereza, sin olvidar denuncias públicas sobre dirigentes nacionales, provinciales y locales.

Así, la situación fue in crescendo en lo que a rispidez se refiere. Tanto es así que incluso hizo que se generaran encontronazos entre integrantes de alguna agrupación que se había formado recientemente para enfrentar problemáticas de tono ambiental, ya que, si bien todos deseaban ayudar, mostrando “necesidad de hacer”, el problema era el cómo. Empezaron a oírse, puertas adentro, ciertas expresiones de desacuerdo ante el hecho de convocar a la gente a que fuera a la línea de fuego sin ninguna experiencia en el tema.

Había coincidencia en la necesidad de exigir mayor atención oficial sobre la problemática, pero varios comenzaron a asustarse ante cierta actitud que huía, con sentido temerario, del sentido común.

Sobre la temática, el jefe de cuadrilla de Incendios, Comunicaciones y Emergencias (ICE) del Parque Nacional Nahuel Huapi, Gustavo Quilodran, que ha estado en el sector de los incendios desde que el fuego se inició, expuso: “Hubo gente voluntaria que por ahí entorpecía la labor más de lo que ayudaba”.

“A veces, en lugar de sumar y dar una mano, generaban pánico al poblador, porque en el afán de querer ayudar creaban temor, y algunos directamente entorpecían nuestro trabajo”, señaló.

Quilodran hizo una diferenciación y aclaró: “Los que se encuentran trabajando a destajo con nosotros son los pobladores de Río Villegas y El Manso, junto a los guías de rafting y de pesca, que están desde el primer día”.

“Ellos, si bien no están capacitados específicamente para trabajar en incendios, son personas que se formaron para ser guías, entonces, cuando les indicás algo, saben de qué se trata y responden adecuadamente”, apuntó.

Así, dijo que ese era el motivo por el que se habían colocado retenes policiales que impedían el acceso a la zona del incendio. “Los registrados para ingresar y salir son solo los guías y pobladores”, explicó.

Igualmente, lo que sí se reciben son donaciones para los brigadistas, como agua y alimentos, que el personal policial toma en uno de los puestos de vigilancia en el acceso a Río Villegas, para que luego los combatientes, o bien los pobladores del lugar, retiren.