IMÁGENES DE UNA AUSENCIA

| 05/12/2021

El día en que Lucas Caro no cumplió dieciocho años

El día en que Lucas Caro no cumplió dieciocho años

La muerte raramente suele ser justa.

Incluso, en ocasiones, resulta más injusta de lo habitual.

Puede pasar con un joven que, una noche de verano, camina junto a su novia, y la mamá de la chica, a la vera de un camino.

Y, de repente, un auto se sale del sendero, lo arrolla, y luego el conductor, en vez de detenerse ante lo sucedido, decide seguir como si nada hubiese sucedido…

Pero pasó.

Y el muchacho, de diecisiete años, nunca cumplió los dieciocho que tendría que haber festejado el 4 de diciembre de 2021.

La ausencia pesa, y el sábado se sintió más que nunca.

Lucas Caro ya no transita -corpóreamente– por este mundo.

Quien lo atropelló, pronto, hasta que su sentencia de cinco años de prisión quede firme, podrá, en caso de quererlo, deambular por ahí con la vigilancia permanente de una tobillera electrónica.

Justamente, frente a la casa donde vive quien conducía al auto homicida, durante la mañana sabatina, apareció un cartel recordándole que la desaparición llevaba su firma.

Pocas horas después, la pancarta fue arrancada.

Por la tarde, allegados a Lucas se reunieron en el dique cercano a Virgen de las Nieves, un sitio muy querido por el muchacho, e hicieron una especie de festejo en su memoria.

Hay rituales que ayudan a llenar el vacío…

Soltaron globos que, sin helio, en vez de salir hacia las alturas, prefirieron surcar las aguas.

Los presentes miraban cómo esos pequeños obesitos plásticos aireados navegaban.

Más allá de la torta (que la hubo), de esa especie de pic nic, del relato de anécdotas que pretendían traerlo de vuelta, lo cierto es que la ausencia era innegable.

A la novia, desde aquella madrugada de febrero en que le arrancaron a su amor -literalmente- de la mano, nunca dejó de dolerle la partida.

Pero los últimos días fueron, para ella, un torbellino de sentimientos.

El viernes celebró su egreso en el colegio QMark, ocasión en la que prendió una vela en honor a Lucas.

Luego el sábado, donde si bien se mostró cierto espíritu festivo (como una manera de ponerle una sonrisa a la memoria), el dolor nunca dejó de palparse, aunque las conversaciones acerca de su persona devolvieron, por un rato, el contorno de Lucas…

La vida sigue, y seguirá…

Pero Lucas es nostalgia de lo que pudo haber sido… y no fue.

¿Que opinión tenés sobre esta nota?


Me gusta 0%
No me gusta 0%
Me da tristeza 0%
Me da alegría 0%
Me da bronca 0%
Te puede interesar
Ultimas noticias