“CURAR HERIDAS Y NO LLEGAR A UNA AMPUTACIÓN”

| 29/11/2021

500 000 pesos para un proyecto innovador de alto impacto social

500 000 pesos para un proyecto innovador de alto impacto social

Más allá de los tres primeros lugares que se escogieron en el concurso IB50K (de planes de negocio de base tecnológica), entre los cuales se repartieron más de cincuenta mil dólares, en el Instituto Balseiro hubo otras distinciones; entre ellas, resaltó la que otorgó la Agencia Río Negro Innova, de quinientos mil pesos, por la innovación de alto impacto social a una propuesta de “terapia de presión negativa de desarrollo abierto”.

Miriam Rossello es de Punta Alta.

Marcos Crozzolo, de Puerto Madryn.

Ambos trabajan en Bahía Blanca.

En principio, sus especialidades parecerían no tener un vínculo entre sí.

Ella es traumatóloga y desarrolla tareas en el Hospital Italiano de aquella localidad; él, ingeniero electrónico, cumple labores en una empresa de servicios industriales. Pero se unieron para trabajar en el mencionado proyecto de “terapia de presión negativa de desarrollo abierto”. 

Tal denominación remite a un procedimiento que consiste en aplicar presión subatmosférica en heridas para acelerar el proceso de formación de tejido, prevenir infecciones y mejorar la recuperación de pacientes. 

“Se trata de curar heridas y no llegar a una amputación”, sintetiza Miriam.

Explica que, al nosocomio donde trabaja, “llegó un dispositivo comercial, a través de una obra social, pero que tras un tiempo de uso quedaba obsoleto”.

En sí, dice que existen algunos cuya vida útil va de los siete a los diez días y que otros llegan a los treinta. “Hay ciertos equipos que se pueden volver a utilizar, pero son carísimos”, apunta.

Le interesó la acción desarrollada por el aparato, y surgió la idea de mejorarlo. Ahí llegó el contacto con Marcos.

“Intervine el equipo que ella me dio, lo pude desbloquear y planteamos un proyecto para fabricarlos desde cero”, expresa el ingeniero electrónico.

La idea, desde un principio, era que fuera de “desarrollo abierto, reutilizable y económico”, además de que se pudiera usar en forma ambulatoria.

“Con las terapias que tenemos ahora, el paciente debe quedar internado, porque necesitamos que el sistema de espiración esté conectado a la parte de aspiración que hay en la pared de las distintas salas”, señala Miriam, de ahí la pretensión de que, tras la intervención, la persona pudiera irse a su casa para estar en un ámbito de tranquilidad.

En cuanto a los costos, se planteó la idea de solucionar el tema con lo que estuviera a mano y fuera accesible.

“Se logró abaratar con cosas descartables que obtengo en el hospital, de bajo valor económico”, manifiesta la traumatóloga.

En cuanto a la parte electrónica, Marcos señala que el gasto se redujo “buscando productos comerciales, de estantería, que se puedan reutilizar y reemplazar”.

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