En el salón de actos del Instituto Balseiro, en medio de vitrinas con viejos textos matemáticos en inglés (algunos de ellos datan de la década del cincuenta) y artefactos cuya creación está relacionada con la institución, “Ebers Med”, un emprendimiento de “plantillas inteligentes”, se quedó con el primer premio del concurso IB50K 2021, que repartió más de cincuenta mil dólares entre los ganadores.

Facundo Noya, impulsor del proyecto junto a Ignacio Perversi, cuenta que “el invento” en sí trata de  “plantillas sensorizadas para prevenir lesiones en personas con diabetes, deportistas y gente con dolor crónico”.

“La idea surgió sobre todo apuntando al pie diabético, una problemática muy severa que afecta a millones de personas, produciendo una amputación cada veinte segundos en el mundo”, señaló.

"Todo nació en la Universidad Nacional de Córdoba como un proyecto de tesis de Ingeniería Biomédica, que después se convirtió en una empresa”, especificó.

En ese sentido, cabe aclarar que Noya es entrerriano, estudió en Córdoba y vive en Buenos Aires.

¿Pero cómo le vino a la cabeza apuntar a los pies para su tesis?

“Fue por ver a una señora, en un hospital, que sufrió una amputación causada por una chinche”, detalló.

Él había acudido al nosocomio por un tema particular, y allí se enteró del hecho.

La mujer no sintió a la chinche debido a una pérdida de sensibilidad, y la cuestión se descubrió tarde.

Esa persona había ido al hospital por dolor en un pie, y se fue sin una pierna. 

“Aquello fue el disparador para diseñar un dispositivo que pudiera alertar a los pacientes”, contó Noya.

La tesis se transformó en una empresa, y en la actualidad el producto ya está en el mercado. 

“Le vendemos el dispositivo al profesional de la salud, quien lo utiliza como una herramienta de diagnóstico para evaluar a sus pacientes”, señaló el joven (tiene veintiocho años).

Pero en sí, ¿de qué se trata la innovación?

El propio Noya lo detalló en forma entendible para el común de los mortales (incluyendo al cronista que estuvo en el Balseiro la tarde/noche del viernes): “Son plantillas finitas con sensores. Se colocan en el calzado, y tienen un transmisor que se pone al costado de la zapatilla y se conecta con el celular. A través del teléfono, el profesional mide la distribución de presión y otras cuestiones. Puede ver si hay una zona de mucha carga, si hay riesgo, y prescribirle lo que necesite, incluso una intervención quirúrgica o un tratamiento de rehabilitación, por ejemplo”.

El ganador del IB50K 2021 dijo que la empresa va a buen ritmo: “Estamos creciendo. Tenemos treinta clientes que lo utilizan; son profesionales de centros médicos de diversas partes de Argentina. Y el objetivo es terminar el año con cincuenta. Ya para el 2022 deseamos poder llegar a quinientos clientes”.

En cuanto a cómo decidieron intervenir en el concurso, señaló: “Aplicamos porque sabíamos que era prestigioso a nivel académico y científico, a la vez que buscábamos financiamiento para continuar el desarrollo y el crecimiento”.

“La oportunidad de participar nos pareció buenísima, para rodearnos de gente muy inteligente”, sumó.

Así, indicó que “el dinero será, principalmente, para mejorar el producto y poder crecer”.

El emprendedor remarcó que, hasta las llegadas de las plantillas de “Ebers Med”, en general se utilizaban “plataformas de mayor tamaño para medir la presión”.

Justamente, indicó que aquellos aparatos “son incómodos y no se pueden mover del lugar, además de salir alrededor de siete mil dólares”.

“Son muy complejas de usar y caras”, resaltó.

“En cambio, nuestro kit inicial vale ciento veinte mil pesos, y el profesional lo puede llevar a cualquier lugar”, diferenció Noya.

Más allá del primer premio para “Ebers Med”, los proyectos “Food4You” (una plataforma biotecnológica que desarrolla un algoritmo para la industria de los alimentos fermentados plant-based) y “Hemogly” (que propone un dispositivo para el diagnóstico de la diabetes) recibieron el segundo y el tercer puesto respectivamente.

Entre esos tres primeros lugares se repartieron más de 50 mil dólares, pero, además, se entregaron premios especiales, como otros aportes monetarios, capacitaciones, servicios tecnológicos, mentoreo y/o acceso directo a la final de otros concursos de similares características.

Los cinco equipos que habían resultado finalistas conocieron la decisión del jurado en el cierre del encuentro impulsado por el Instituto Balseiro, entidad dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).